Luego de correr su última carrera en el Gran Premio de Rusia y tras el accidente de Jules Bianchi, los problemas para la escudería Marussia se agudizaron y previo a la fecha en Brasil, los de Yorkshire dejaron de ser equipo de la Fórmula Uno.
Decidieron no hacer el viaje al continente americano para evitar gastos y buscar un potencial comprador durante las últimas semanas del campeonato, situación que nunca llegó y que provocó el cierre de la fábrica y despido de poco más de 200 trabajadores.
El administrador del equipo, Geoff Rowley, señaló que a pesar del gran progreso que realizó la escudería en su corta estadía, se necesita de una inversión constante para sobrevivir, una inversión que nunca llegó y que al final provocó esta inminente desaguisado:
“Si bien el equipo hizo un progreso significativo durante su relativamente breve período en activo, el funcionamiento de un equipo de F1 requiere una inversión significativa constante. El grupo se puso en administración el mes pasado después de un déficit de financiación y el proceso de administración proporcionan una moratoria para permitir los intentos de hallar una solución viable a largo plazo para la compañía dentro de un plazo de tiempo muy limitado. Lamentablemente no podría alcanzarse una solución para permitir a la empresa continuar en su forma actual. Nos gustaría dar las gracias a todo el personal por su apoyo durante este difícil proceso”.
Caterham es otra de las escuderías que se ha mostrado con problemas financieros y que hasta la fecha no logra recuperarse, por lo que de igual manera no correrá el resto de la temporada en busca de que alguien los adquiera.