La Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) confirmó este miércoles, 7 de octubre, una triste noticia para la ciencia en nuestro país: el fallecimiento del ingeniero químico y ganador del Premio Nobel de Química, Mario Molina.

Su carrera lo llevó a recibir más de 40 doctorados honoris causa y ser un investigador reconocido en todo el mundo.

FOTO: ADOLFO VLADIMIR /CUARTOSCURO.COM

Aunque su nombre es conocidísimo y prácticamente era una celebridad del mundo académico —cosa difícil en México—, la realidad es que, tal vez, muchos no estemos familiarizados con sus aportaciones a la humanidad: por si no lo sabían, Mario Molina es uno de los pioneros en la química atmosférica. 

Qué cañón, ¿no? Al trabajo de este ingeniero, graduado de la UNAM en 1965, le debemos una gran parte del conocimiento en contaminación atmosférica, en daños a la capa de ozono y de degradación en la calidad del aire. 

La investigación que le ganó el Premio Nobel

Ahí les va la historia: Mario Molina ganó el prestigioso Premio Nobel de Química en el año de 1995 y se lo llevó en compañía de dos colaboradores: el neerlandés Paul Crutzen y el estadounidense Frank Sherwood Rowland.

La versión oficial es “por su trabajo en la química atmosférica, particularmente en la formación y descomposición del ozono”.

FOTO: ADOLFO VLADIMIR /CUARTOSCURO.COM

Para no hacerles el cuento largo, la investigación del químico mexicano y sus colaboradores estuvo dividida en varias partes. La primerita, es que identificaron los compuestos que descomponen el ozono de nuestra estratosfera.

Luego, encontraron los daños que los Clorofluorocarbonos (CFC) le hacen a nuestra atmósfera. Con esa propuesta, delimitaron el tremendo impacto humano e industrial que algunos productos —como refrigerantes o aerosoles— le hacían a la capa de ozono. Esta parte fue tan importante que gracias a ellos se adoptó el Protocolo de Montreal, un reglamento internacional para cuidar la atmósfera.

FOTO: VICTORIA VALTIERRA /CUARTOSCURO.COM

Finalmente, como cerecita en el pastel, cacharon una serie de complejas secuencias químicas que le daban en la torre a la capa de ozono en los polos de la Tierra. 

El día de su premiación

Como verán, las aportaciones de Mario Molina a la ciencia y a la humanidad, no fueron enchiladas… y así lo demostraron el día que le dieron su Premio Nobel de Química, en el año de 1995.

“Su trabajo será de un grandísimo beneficio para la humanidad”, señaló el profesor Ingmar Grenthe, al entregarles la presea.

De hecho, hay video del día en que el ingeniero químico mexicano conquistó las academias nórdicas de ciencias e inscribió su nombre en el desarrollo de la humanidad.

¿Un último dato curioso? Mario Molina es uno de tres mexicanos que han ganado el Premio Nobel: el otro es el diplomático Alfonso García Robles (Paz) y el ensayista Octavio Paz (Literatura).

Si quieres leer un resumen más técnico de su investigación, échate un clavado AQUÍ.

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Soy Max Carranza y me he pasado la vida rodeado de memes, cultura digital y bastantes horas frente a las pantallas. En el camino me encontré la pasión por abordar los temas sociales más urgentes e intentar...

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