Por tercera vez consecutiva, miles de mujeres y hombres en Estados Unidos se reunieron para protestar en favor de los derechos de la mujer y, al mismo tiempo, en contra del gobierno de Donald Trump. Muchos de los presentes fueron identificados por llevar un gorro rosa, que era el emblema del movimiento.

Debido al impacto causado por la Marcha de las Mujeres a nivel social y mediático, una organización paralela conocida como “March On” se unió a la causa. Ambos movimientos protestaron por todo el país, desde Los Ángeles hasta Chicago e incluso Atlanta.

De acuerdo con algunos reportajes, los líderes de ambos grupos dijeron que también usarían las marchas de este año para promover políticas relacionadas con el aumento del salario mínimo, el acceso a la atención médica e incluso la separación de las familias migrantes arrestadas en la frontera con México.

Otro objetivo es movilizar a las mujeres para votar antes de las elecciones de 2020, cuando se espera que Donald Trump sea el candidato republicano a la presidencia.

“Definitivamente hay un enorme, gran enfoque en las elecciones de 2020”, dijo Natalie Sánchez, de March On, organizadora de la Marcha femenina de Boston en 2017, que también participa en March Forward Massachusetts, de 2019.

Las marchas se han llevado a cabo en cientos de ciudades en Estados Unidos para conmemorar el segundo aniversario de las manifestaciones que tuvieron lugar el día después de la inauguración de Trump en enero de 2017. La primera protesta comenzó como una manifestación en contra del actual presidente de E.U., pero ha evolucionado hasta convertirse en una forma de dar a conocer varios tipos de problemáticas.

Para 2018, las protestas reunieron a más de 500 mil personas, que además de dar su apoyo a la causa, también promovieron movimientos como #MeToo y “Time’s Up”, que actúan en contra del acoso y la violencia sexual.

En algunas ciudades, como Nueva York y Washington, hubo más de una marcha o manifestación debido a la crítica de que algunas líderes de la Marcha de las Mujeres son antisemitas, cargo que los líderes han tratado de disipar en entrevistas y declaraciones recientes. Una de los argumentos que han dado los líderes de March ON y la Marcha de las Mujeres es que hay un papel a desempeñar para todos.

“Todos somos parte del mismo movimiento, independientemente de cualquier división o drama que ocurra”, dijo Sánchez.

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