Después de tres años de estar fuera del país, parece inminente el regresó de un hombre que, dicen algunos, de haberse postulado en 2012 a la presidencia de la República, se la habría llevado sin bronca. Hablamos de Marcelo Ebrard, quien ya adelantó que viene con la idea de participar activamente en la política nacional, de cara a las elecciones del 2018.
Será en noviembre cuando Ebrard ande de nueva cuenta por nuestro país. El exjefe del gobierno capitalino asegura que su labor política será enfocada a hacer que “izquierda” llegue al poder. Algo ambiguo ya que no ha aclarado a que “izquierda” se refiere, si a la de Morena o la del PRD, el partido con el que llegó a la administración del entonces Distrito Federal.
Para facilitarle la decisión a Ebrard, el senador de Morena, Mario Delgado, adelantó que en cuanto llegué al país, el exjefe capitalino será invitado a integrarse a las filas del partido liderado por Andrés Manuel López Obrador, ya que se trata de un personaje de esos que le hacen falta a México. De hecho, Delgado señaló para Reforma que ha mantenido contacto con el “carnal Marcelo” y sólo es cuestión de labor de convencimiento para tenerlo a lado de AMLO.
“Yo creo que Marcelo le hace falta a nuestro país en estos momentos, y ojalá venga a apoyar a Morena, nos ayudaría mucho (…) Hará su definición en su momento él, pero lo vamos a convencer”.
De acuerdo con Político, luego de autoexiliarse del país en 2015, Ebrard anduvo por Francia, Guatemala y actualmente se encuentra en Estados Unidos, específicamente en Houston, Texas, donde realiza trabajo a favor de las comunidades de mexicanos. De regresar a la escena política nacional, el futuro del exjefe capitalino podría hacerlo en forma no tan estelar: quizás como asesor o principal coordinador de la campaña del abanderado de las izquierdas o como aspirante a una diputación o senaduría. Más no se puede.
“Mi convicción es contribuir a que haya un cambio. Si no hay un sacudimiento en México, no va a haber cambios sustantivos. No estoy hablando de violencia sino de cambios drásticos”, señaló Ebrard en entrevista para Proceso.
Aunque algunos ven en Ebrard a un personaje que podría darle un empujón al intento de las izquierdas para llegar al poder, recordemos que sobre él pesa gran parte del fracaso de la Línea 12 del Metro, la cual se vislumbraba como la obra que dejaría como legado de su administración… y sí, sólo que no fue para bien. Se denunció que los costos de la obra fueron por demás inflados e injustificables y, para acabarla de amolar, a los pocos meses de dar servicio, la Línea con la que conmemoró (de forma tardía) el bicentenario de la nación quedó parcialmente fuera de servicio… y se realizaron más gastos para su reparación.