“En un país con altos niveles de impunidad, la CEAV (Comisión Ejecutiva de Atención a Víctimas) se convirtió en un negocio para algunos abogados particulares que, indiferentes ante el dolor, se acercaron a las madres que buscan a sus hijos desaparecidos y a otras víctimas para litigar contra la Comisión y así obtener honorarios millonarios de hasta 60% de las compensaciones entregadas”. Este es un fragmento de la carta de renuncia de Mara Gómez, exfuncionaria de AMLO, que se ha difundido en medios de comunicación.
A su salida de la CEAV, Mara Gómez denunció una red de negocios que presuntamente tejió un grupo de abogados para lucrar con el sufrimiento de las familias de personas víctimas de desaparición o feminicidios.
Lamento profundamente la renuncia de Mara Gómez, su carta de renuncia es por demás reveladora pero, sobre todo, preocupante respecto a la denuncia que hace sobre lo que asegura, durante los años de operación de una institución como la @CEAVmex , han hecho los grupos de interés. https://t.co/BFppiXngnj
— Paula Soto (@PaulaSoto) June 24, 2020
De acuerdo con la egresada de la Escuela Libre de Derecho y doctora en Derecho Internacional de los Derechos Humanos, la “vocación humanista” de la CEAV se pervirtió.
“La obligación legal de garantizar, promover y proteger los derechos humanos de las víctimas de la violencia fue reemplazada por una fórmula clientelar, centrada en el reparto de recursos económicos, usando el dinero para pagar la falta de verdad y justicia“, acusó Gómez.
La CEAV: patrimonio y botín de intereses políticos
Entre otras cosas, Mara Gómez señaló que a su llegada a la Comisión alcanzó a reportar un montón de irregularidades —a la fecha hay 12 auditorías y de estas, seis ya finalizaron con varias observaciones.
Eso no es todo, Gómez denunció que la CEAV ha contratado de manera irregular a su personal, lo mismo sucede con los servicios básicos.
“Esas deficiencias de origen permiten hacer negocio con la institución y son la fuente de su enorme vulnerabilidad institucional”, remató la exfuncionaria de la 4T.
En resumen, la CEAV está a merced de los intereses “clientelares” y la falta de recursos para operar, según Mara Gómez.
La carta de renuncia está dirigida tanto para AMLO como la presidenta de la Cámara de Senadores, Mónica Fernández —después de que Goméz defendiera su corta estancia en la CEAV ante la falta de apoyo económico e institucional.
Sólo como contexto, familiares de las personas víctimas de feminicidios y desapariciones hicieron un plantón en Palacio Nacional para —entre otras cosas— exigir la renuncia de Mara Gómez.
De acuerdo con las familias inconformes, Mara Gómez se quedó corta en la atención de los casos y el seguimiento de estos. Tras una jornada de protestas, AMLO confirmó su renuncia el 19 de junio pasado.