El periodista michoacano Manuel Buendía fue asesinado la tarde del 30 de mayo de 1984. Su columna, titulada Red Privada, incomodaba al poder desde hacía años. Denunciaba la corrupción en el poder, la intervención extranjera, los grupos paramilitares y el crecimiento de la extrema derecha en México.
Las acusaciones de su muerte “salpicaron” a toda la política nacional y por supuesto, a un importante hombre del que todavía escuchamos hablar. Se trata de Manuel Bartlett.
Oficialmente, de planear el asesinato de Manuel Buendía se culpó al antiguo titular de la ahora extinta Dirección Federal de Seguridad (DFS), la temida agencia de inteligencia mexicana que participó en innumerables episodios oscuros en la historia del México del siglo XX.
Sin embargo, aunque el caso se ha cerrado, el nombre de Bartlett sigue resonando cada que se menciona el fallecimiento del periodista.
Entre los años que han pasado, la tumultuosa trayectoria del político mexicano y la tradición mexicana —vigente hasta la fecha— de enterrar plumas incómodas, esta es una historia que vale la pena contar.
¿Dónde estaba Bartlett en esa época?
Manuel Buendía fue asesinado en 1984.
En esos años, nuestro país estaba en plena época del presidente Miguel de la Madrid. Como se imaginarán, Manuel Bartlett ya tenía un puestazo. Era el Secretario de Gobernación.
A su cargo estaba ‘el abuelito’ de los que muchos conocimos como el CISEN. Se trataba de la Dirección Federal de Seguridad (DFS), la antigua agencia de inteligencia acusada de numerosas historias de espionaje y violación a los derechos humanos. De hecho, el titular de ese organismo fue declarado culpable de planear el homicidio de Manuel Buendía.
Bartlett nunca fue investigado por el Caso Buendía
A pesar de la cercanía con los círculos “más acá” del poder, Manuel Bartlett nunca fue señalado por el asesinato del periodista Manuel Buendía.
Una revisada a los archivos del caso, realizada años después, mostró que no aparece su nombre. En dos cajas de archivos e investigaciones —realizadas por la Procuraduría de ese entonces— el nombre de Bartlett ni siquiera está escrito. Ni como sospechoso, ni como personaje de la época, pues.
“No tengo nada que ver con ese crimen y no hay el menor elemento que señale alguna relación conmigo”, aseguraba a Carmen Aristegui recientemente, aunque es una declaración que se repite siempre que le mencionan el caso.
Entonces, ¿por qué lo conectaban con el caso?
Fuera de ser el secretario de Gobernación de Miguel de la Madrid —que ya con eso deja suficiente cola que le pisen—, los señalamientos contra Manuel Bartlett son, a lo mucho, leyenda urbana.
Hace unos años, antes de que Netflix le pusiera el ojo al caso, un antiguo agente de la DEA culpó al político mexicano de planear el histórico asesinato. “No nada más dio la orden de asesinar a Enrique Camarena. Él también dio la orden de que asesinaran al periodista Manuel Buendía, por investigar el involucramiento de la CIA con el narcotráfico en México”, dijo el sujeto a la agencia china Xinhua.
Y además de esa declaración, pareciera que el otro señalamiento es una vendetta personal.
Miguel Ángel Granados Chapa, en su libro inspirado por este caso —vale la pena leerlo, muchísimo— señaló que fue el hermano de Buendía, en el duelo por el asesinato, quien persiguió la idea de que Bartlett, en compañía de De la Madrid, planeó el ataque.
En fin, una larguísima historia de la vida mexicana, que anda estrenando docuserie en Netflix y acá les contamos un poco más de la historia.