Así como lo leen, el director general del Metro, Joel Ortega, informó que el día de mañana se permitirán las manifestaciones en contra del aumento de la tarifa de este transporte público.
#PosMeSalto, la protesta que se convocó para el día de mañana (el día en el que oficialmente se hará el aumento a la tarifa del metro) se permitirá dentro de las instalaciones del metro, así lo aclaró Ortega Cuevas, el cual dijo que sólo se actuaría en contra de las personas que dañen el mobiliario del metro, los torniquetes y las cámaras de seguridad.
Expresó:
«El día de mañana diversas organizaciones han manifestado su interés de brincarse los torniquetes con la actitud que tiene que ver con el ajuste en la tarifa, nosotros vamos a actuar con tolerancia»
«simplemente queremos pedir que no se afecten las instalaciones y no se dañe el sistema de videovigilancia y los torniquetes, nosotros estaremos actuando con absoluto respeto a la ley»
Especificó que se actuará en caso de que haya hechos violentos, tal y como los que se están convocando en algunos grupos de redes sociales.
Sobre el subsidio para la gente de el Estado de México, se dijo que entrará en vigor hasta que se firme un convenio.
Por lo pronto, expresó que mañana se retirarán los torniquetes de la Línea A que conecta con la estación Pantitlán.
La imposibilidad de la desobediencia civil
Ahora, es interesante pensar sobre esto de que «permitirán la protesta», pues no es que puedan o no permitir una protesta (la protesta, hasta el día de hoy, no es ilegal) sino que, lo que quieren decir, es que el día de mañana permitirán la insurrección de esta protesta en específico, ya que lo que se pretendía era cometer una falta administrativa para encarar el alza de la tarifa. Al permitir la falta (el #PosMeSalto) se quita el matiz de insurrección que tenía. Permitir la insurrección cancela la insurrección misma y la trivializa.
Vemos entonces, que ya no hay desobediencia civil (ya hay permiso) y lo que hay es un punto de desahogo, una simulación.