En 2015, le dieron un pitazo a un científico de la Universidad Autónoma de San Luis Potosí. Esa información decía que chance había una costilla de elefante prehistórico en el predio de Córdoba, en el Altiplano Potosino. Gilberto Pérez Roldán —el científico informado—, decidió entonces arrancar un gran proyecto paleontológico que terminó con el descubrimiento de un yacimiento con huesos de más de un mamut y de otros especímenes propios de la Edad de Hielo.
Según el científico que se encontró con los restos, México podría haber sido hogar de megafauna y de mamíferos que pesan más de 400 kilogramos. Gracias a las grandes pasturas en San Luis, sus riachuelos y a los ojos de agua, nuestro país podría haber estado habitado de mamuts y perezosos.
—Siempre tuvo un aire mexicano—
Ahora sí, al descubrimiento de esta semana: en lo que antes era un ojo de agua, encontraron los restos de mamuts. Según los investigadores, un mamut joven de doce años, algunos adultos y una cría de un mes de edad.
Aprovechando la investigación, contaron que la Edad de Hielo apareció en el 22 mil a. C, terminó en el 8 mil a. C. y confirmaron que es muy probable que los antiguos mexicanos sí cazaran mamuts. Claro, también es bien posible que fuéramos nomás medio carroñeros. “Lo que encontramos también en Córdoba es evidencia que nos hace suponer la presencia de sociedades de cazadores-recolectores que, al ver la presencia de los restos de los animales muertos, deciden aprovechar la materia prima que les sirve”, dijo el investigador.
Sobre los mamíferos encontrados, les hicieron un examen de carbono y datan de los años finales de la Edad del Hielo, o sea, los mamuts que encontraron en San Luis Potosí no les faltaba mucho tiempo para librar el frío que azotaba estos lugares.