Hace un sexenio la vida de Malala Yousafzai, cambió para siempre, el disparo en la cabeza, ahora sólo es un recuerdo de la causa por la que tuvo que huir de su país y del por qué ha tenido que vivir bajo el resguardo del enigma londinense. Ahora, a sus 20 años, está lista para enfrentarse con su peor infierno, regresar a su país.
Lo hizo en secreto y bajo un protocolo de seguridad, pero a pesar del cuerpo de vigilancia, se han filtrado imágenes y vídeos de la reunión que sostuvo con el primer ministro de Pakistán y su discurso posterior.
“Todavía no puedo creer que eso realmente esté sucediendo”, dijo en su discurso. “En los últimos cinco años, siempre he soñado con volver a mi país” apenas pronunciaba las primeras palabras cuando los presentes se desbordaron en aplausos para ella, allí, con una balanza de Sentimientos encontrados, rompió en llanto.
“Normalmente no lloro …todavía tengo 20 años, pero he visto tantas cosas en la vida”, dijo a la multitud.
Still can’t believe to be back in Pakistan, #Malala breaks down in tears in homecoming speech #MalalaYousafzai #MalalaInPakistan #MalalaComesHome pic.twitter.com/dCXr4lIwj5
— Ghulam Abbas Shah (@ghulamabbasshah) 29 de marzo de 2018
Por su puesto, habló de sus nostalgias, su lucha incansable y sus ilusiones. “Si fuera mi llamado, nunca habría salido de mi país. Tuve que salir y continuar mi educación allí. Pero mi sueño es regresar a Pakistán”, dijo. “Y quiero poder moverme libremente por las calles y reunirme y hablar con la gente en paz, sin ningún temor. Y [espero que] sea como mi antiguo hogar” tal como estaba”.
Las reacciones en el mundo no se hicieron esperar, en Twitter sólo se hablaba de la humildad y del gran ejemplo que es para el mundo. Las cuentas de Oriente, sólo hablaban del orgullo Pakistaní, que regresaba a casa.
I hope that my baby girl learns to be as articulate, as courageous as @Malala
So glad she’s back home where she belongs#MalalaYousafzai #Malalacomeshome pic.twitter.com/imH9rHoKx5— Nisha Aftab (@nishaaftab) 29 de marzo de 2018
“Espero que mi bebé aprenda a ser tan elocuente, tan valiente como @Malala Muy contenta de que haya vuelto a casa a donde pertenece”
Welcome home our @Malala ❤❤ and @ZiauddinY Your courage, your heart, your work is much bigger than your haters. Pakistan owns you we own you. Pakistan’s military providing you security and civil government honouring you, you deserve this our hero 👍 #MalalaComesHome
— Beenish Javed (@beenishjaved) 29 de marzo de 2018
“Bienvenida a casa nuestra @Malala y @ZiauddinY Tu coraje, tu corazón, tu trabajo es mucho más grande que tus enemigos. Pakistán es dueño de ti, nosotros te pertenecemos. Las fuerzas armadas de Pakistán le brindan seguridad y un gobierno civil que lo honra, usted merece este nuestro héroe. #MalalaCompareHome”
El antes que cambió el después

Dicen que los nombres representan la personalidad de quien lo lleva e influye en su destino. Malala, cuyo nombre significa afligida, ha estado dispuesta a perder la vida para convertir su destino en lo que sería su misión de vida: apoyar y difundir el derecho a la educación de mujeres, en un país donde las mujeres no tienen derecho a nada.
Solía ser una quinceañera igual que las del resto del mundo, iba a la escuela, era alegre y tenía a sus pies un puñado de ilusiones. Pero cuando el gobierno mandó cerrar las últimas escuelas que quedan para mujeres en su país, la chica pakistaní alzó la voz, con la ayuda de sus padres, poco a poco fue despertando un movimiento que pasó de su comunidad, a ser conocida internacionalmente.
Pero no fue fácil, en su lucha tuvo que enfrentar al gobierno, a la oposición, a la cultura de patriarcado y a la ideología ultra conservadora, fue perseguida, señalada humillada, tuvo que cambiar de residencia varias veces. Por Alá, Dios, o azares del destino, comenzó a escribir un blog para la BBC, detallando día a día cómo era su batalla ante la opresión de los talibanes.
Hasta que un día como cualquier otro, la mañana del 11 de octubre de 2012, a 5 minutos de sentarse en el camión que la llevaría a la escuela, dos hombres subieron, preguntaron quién era Malala, tras saberlo, le apuntaron y dispararon tres veces, una de las balas, le atravesó la cabeza, su estado era crítico, su padre temía lo peor, pero consiguió el apoyo británico y fue trasladada al Hospital “Queen Elizabeth” donde convaleció satisfactoriamente.
En Inglaterra, tuvo oportunidad de terminar su libro “Yo soy Malala”, concluyó la secundaria y la Universidad de la King’s College de Halifax en Nueva Escocia le otorgó un doctorado honoris causa y ganó un lugar en Oxford. En 2017, teniendo 17 años, Malala Yousafzai, se convirtió en la persona más joven en ganar El Premio Nobel de la Paz, por su constante pelea por la educación para niñas en Pakistán.