Por Esteban Illades

La Guardia Nacional es la gran propuesta de seguridad de este sexenio. Promovida como una alternativa al Ejército en labores de seguridad a lo largo del país, la GN, que todavía no se conforma como tal, será un híbrido entre Ejército, Marina y Policía Federal. O eso se dice hoy.

Sin embargo, dado lo complejo del proceso lo que en realidad sucede en estos momentos es que tenemos una Guardia Nacional sólo en nombre: elementos del Ejército que aún no han sido trasladados a la nueva corporación hacen el mismo trabajo que antes, sólo con brazaletes negros con dos letras pintadas. Elementos de la Policía Federal actúan bajo siglas y esquemas viejos, aunque ya se les llama como parte de la GN.

Foto: Cuartoscuro

No será hasta más tarde en el año, si las cosas salen bien, que los primeros Guardias Nacionales que operen bajo el nuevo esquema de entrenamiento y de ordenamiento –donde supuestamente tendrán marco militar bajo estructura civil– funcionen de la manera prevista por el gobierno del presidente López Obrador.

Esto en papel, porque la Guardia Nacional ya presenta problemas a pesar de ni siquiera estar funcionando como tal.

Enumeremos algunos cuantos.

 1) Dada la premura del gobierno por mostrar resultados, se ha recortado el tiempo de entrenamiento para los nuevos elementos casi a un tercio de lo establecido.

2) El entrenamiento se da en condiciones complicadas. Según ha sido reportado en medios, los nuevos integrantes de la GN han tenido que llevar sus propias botas y uniformes para entrenar, porque el gobierno aún no les provee con el material necesario para cumplir sus labores. Esto sin contar las instalaciones en las que se entrena, que son similares a las que esta semana valieron un reclamo de la Policía Federal: sin agua corriente, sin tres comidas al día, sin lugar para dormir. Ante esto, el nuevo titular de migración respondió como acostumbra responder esta administración, diciendo que los policías son fifís.

Foto: Twitter | Andrés Manuel López Obrador

3) Hay una enorme diferencia entre los tres cuerpos que conformarán la Guardia: Ejército, Marina y Policía Federal tienen esquemas distintos de paga, de prestaciones, de retiro. Es decir, están bajo varios regímenes administrativos. Y no se les podrá homologar, lo cual creará fricción dentro del nuevo cuerpo: a pesar de arriesgar la vida al mismo momento y en el mismo campo, unos lo harán por menos que otros.

4) El reclutamiento de nuevos integrantes ha sido un rotundo fracaso.

Sólo seis civiles respondieron a la convocatoria abierta para formar parte de la GN.

5) La Guardia Nacional está realizando tareas que no tenía planteadas en un inicio. Cuando se presentó la iniciativa para su creación se habló de un cuerpo de élite por encima de los demás, de una corporación estrella que salvaguardaría la vida de los mexicanos y haría de éste un mejor país. En lugar de esto ahora la GN está deteniendo a migrantes para evitar que crucen a Estados Unidos, y lo está haciendo en la frontera norte y en la sur.

Si de por sí se trata de un cuerpo reducido en tamaño y limitado en su actuar, distraerlo de lo que se le había encargado para resolver un problema como la migración, que no tiene solución a corto plazo, es contraproducente.

Sin contar lo que esto hace para la moral de sus integrantes: no están contentos con la nueva tarea asignada.

6) Se le han asignado expectativas muy altas a su papel en la pacificación del país. El secretario de Seguridad y Protección Ciudadana, Alfonso Durazo, ha dicho desde la campaña que se busca reducir la violencia incluso a la mitad de lo que estaba el año pasado. Esto, como han discutido especialistas, es físicamente imposible por la pura inercia del crecimiento de homicidios y demás delitos en el país. Se están haciendo promesas irreales, incumplibles, que sólo llevarán a recriminaciones en un par de años cuando la realidad demuestre lo que se sabe desde ahora.

7) Sigue sin quedar claro a quién responderá. Por lo pronto se ha nombrado un militar en proceso de retiro para su operación, lo cual ha sido criticado hasta por la ONU misma. Bajo el esquema aprobado, el titular de la GN responderá al secretario de Seguridad y Protección Ciudadana. No obstante, todas las cuestiones prácticas las está manejando la Secretaría de Defensa, desde asignación de espacios para su trabajo hasta explicaciones sobre qué puede hacer y qué no.

Foto: Galo Cañas | Cuartoscuro

En resumidas cuentas: a pesar de que la Guardia Nacional aún no existe como tal, ya hay varios puntos que deben revisarse si se quiere que funcione como se prometió. De lo contrario; es decir, de mantener las cosas como van, lamentablemente veremos otra promesa de solución que se quedó en eso, en promesa y nada más.

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Esteban Illades

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