Entre las 165 personas que fueron a dar al Torito la madrugada del sábado por manejar bajo el efecto de ese elixir fiestero, también conocido como alcohol, figuró un ministro de la Suprema Corte de Justicia de la Nación.
Roberto Ramírez Ruiz, un un poderoso don de 60 años, conducía en condición de “no me toquen, ando chido” una camioneta Dodge Journey, al momento de ser “interceptado” (como diría el vato de tránsito) en un punto de revisión del programa Conduce sin Alcohol, en Eje 3 Oriente Troncoso y Sidar Rovirosa en la colonia Jardín Balbuena, delegación Venustiano Carranza, la madrugada del sábado alrededor de las 2:30 horas.
Los chicos de la dependencia dijeron que el magistrado se portó bastante grosero cuando le pidieron que se bajara a soplarle al tubito, en la pura onda “¿Qué no saben quién soy yo?”. El funcionario insinuó que el programa no le aplicaba porque era miembro de la Suprema Corte, lo que, de alguna manera, lo hacía estar por encima de la ley.
Esta actitud no puso de muy buen humor a los polis, quienes terminaron convenciéndolo de aplicar la prueba. El señor resultó ser humano, tener pulmones y un hígado trabajando a todo lo que daba con sus 0.98 grados de alcohol, muy superiores a lo establecido, que es 0.4.
Ramírez se puso aún más pesado, argumentando que no debía ser presentado ante el juez cívico porque… pues no manchen… él es más juez que él. Los inquebrantables oficiales lo treparon a la patrulla, se lo llevaron, lo procesaron y lo persuadieron amablemente de cumplir su castigo en el impopular Torito. El señor pasó ahí una linda noche y se echó su desayuno continental. Salió este sábado a las 18:00 hrs.