Una decisión que seguro hizo saltar a Vicente Fox de gusto, no pasa de ser “de salva” (por el momento): el Tribunal Superior de Justicia de Venezuela en el exilió encontró elementos para condenar a 18 años 3 meses al presidente Nicolás Maduro. ¿Bajo qué delito? Actos de corrupción.
Desde Colombia, los magistrados venezolanos en exilio condenaron a Maduro por un caso relacionado con la constructora brasileña Odebrecht. En audiencia realizada en el Congreso de Colombia (no cualquier cosa), se determinó que además el mandatario deberá resarcir al Estado con 35 millones de dólares y, para rematar el castigo, se verá inhabilitado para ejercer cargos públicos.
Tan enserio se lo tomaron los miembros del Tribunal exiliado, que incluso se detalló que Nicolás Maduro deberá cumplir su condena en la cárcel de Ramo Verde, en el estado de Miranda, mismo lugar en el que los opositores, Leopoldo López y Daniel Ceballos, estuvieron encerrados.
Este histórico juicio se inició apenas el pasado 2 de agosto en Bogotá, Colombia, gracias a la promoción de la exfiscal general de Venezuela, Luisa Ortega Díaz, quien presentó diversas pruebas con las que acreditó – supuestamente – los vínculos de Nicolás Maduro con transas de la constructora Odebrecht.
El Tribunal Supremo en el Exilio no tiene ni la legalidad ni los mecanismos para hacer un juicio contra Nicolás Maduro. Tampoco tiene jurisdicción o reconocimiento. Básicamente es una estafa. Todo resumido en este hilo. https://t.co/bJG5OaffCr
— Daniel Blanco (@DanielBlancoPz) 16 de agosto de 2018
Fue en marzo pasado cuando el Tribunal admitió la demanda promovida por Ortega Díaz, la cual fue acompañada de una solicitud a la Interpol para emitir una orden de captura en contra del líder chavista. “De las pruebas surgió que mucho dinero involucrado en obras grandes desapareció del país sin que se hubieran construido las infraestructuras”, señalaron los miembros del Tribunal al emitir su fallo.
Las pruebas no dieron pie a dudas: el tribunal Superior de Justicia “en el exilio” señaló que se encontró una “fehaciente culpabilidad penal” del presidente Maduro. Al finalizar el juicio, los asistentes al Congreso de Colombia (varios venezolanos entre ellos) despidieron a los magistrados con aplausos y gritos de “¡justicia, justicia, justicia!”
“”Aquí hay un ejemplo de que sí se puede condenar a los corruptos y rescatar el patrimonio que ha desaparecido de las arcas de nuestro país. Y si hay países y organismos internacionales dispuestos a ayudar a nuestra República”, comentó el magistrado Miguel Ángel Marín.