El presidente venezolano Nicolás Maduro expulsó ayer a tres diplomáticos estadounidenses pues, según él, estaban coludidos con la oposición para sabotear su gobierno y provocar los apagones eléctricos, crisis económica, escasez y huelgas que han aquejado aquejado a su país.
Los expulsados Kelly Kenterline (quien es la encargada de Negocios y la diplomática de más alto rango al carecer Venezuela de embajador estadounidense), Elizabeth Hoffman y David Mutt tienen 48 horas para dejar el país, según demandó Maduro.
Según él, los funcionarios financiaban grupos de sabotaje que propiciaban apagones de importantes instalaciones eléctricas, huelgas en Estado Bolivar, entorpecían la economía, generando inflación y la escasez en el suministro de bienes, entre otras acciones para llevar al país a un derrumbe.
“Estos funcionarios se dedican a reunirse con la extrema derecha venezolana, a financiarlos y alentarlos (a) acciones para sabotear el sistema eléctrico, para sabotear la economía venezolana”, dijo Maduro en un evento militar.
Maduro denomina al supuesto plan como “Colapso Total” y asegura estar preparado para resistirlo. Identificó octubre como el mes decisivo en que las fuerzas unidas contra su administración reforzarán sus actos conspirativos.
“No vamos a permitir que venga un gobierno imperial a traer dinero y a ver como paran las empresas básicas, a ver cómo le quitan la electricidad para apagar toda Venezuela” dijo.
Para hacer frente a los actos planeados en contra del país, Maduro anunció ayer mismo la creación del Centro Estratégico de Seguridad y Protección de la Patria.
“Será un centro articulador, organizador y que va a elevar la capacidad para nosotros conocer, neutralizar y derrotar antes de que nazca cualquier plan contra el país. Como lo estamos haciendo pero a un nivel superior”, afirmó.
Aunque parece extraño considerar la posibilidad de derrotar un plan antes de que nazca, estamos seguros de que ésta no será una medida totalitaria, represiva y difamatoria, sino una eficaz predicción por medio de duros medios de inteligencia… o algo así.
El descontento crece el Venezuela tras meses en los que han escaseado bienes de primera necesidad, entre los que se cuentan el papel de baño y el papel periódico, poniendo en peligro la libertad de expresión. Algunos opinan que esto se debe a las duras trabas que el gobierno de Maduro ha puesto para la importación, pidiendo duros requisitos, motivos y cantidades exactas durante el difícil proceso burocrático que se debe pasar para introducir productos en el país y venderlos en tiendas y súper mercados; el presidente, sin embargo, opina que los desajustes en la economía se deben a una conspiración imperialista, pues bien desarrolladas, sus ideas serían infalibles.
El descontento se ha extendido incluso entre el ejército, molesto por la falta de decisión de Maduro en suspender sus peticiones a la Guyana para devolver una región que Venezuela ha reclamado durante un siglo, así como por los rumores que afirman que Maduro es colombiano.
Por su parte, el gobierno estadounidense ha rechazado enérgicamente las acusaciones de Maduro y afirma que
“de acuerdo a la Convención de Viena sobre relaciones diplomáticas, Estados Unidos podrá tomar medidas de reciprocidad, y estamos considerando qué medidas podrán ser adoptadas.”
Vía: El País,
