Nicolás Maduro amenazó con establecer un estado de excepción en el Estado Táchira, donde las protestas se han intensificado. Las manifestaciones también se han amplificado en otras regiones del país. En Caracas, la policía llena con gas lacrimógeno la plaza Francia.

La protesta en Venezuela no se desarrolla únicamente en Caracas. Otras entidades presentan fieras manifestaciones en contra del gobierno de Nicolás Maduro. Entre ellas, destaca el Estado Táchira, cuya capital, San Cristóbal, es testigo de enfrentamientos cada vez más severos. Por este motivo, el régimen ha decidido fortalecer sus defensas enviando elementos de las fuerzas armadas y estableciendo un control militarizado en todas las vías de comunicación que conducen a la ciudad. No contento con ello, el presidente ha amenazado con establecer un estado de excepción, es decir, suspender ciertas garantías y derechos ciudadanos durante un tiempo determinado con el fin de restablecer el orden.

En el país no se ha vivido un estado de excepción durante tres lustros de administración chavista. En realidad, en el ideario revolucionario de Venezuela, la suspensión de derechos para solucionar conflictos políticos está asociada con el régimen liberal que antecedió al chavismo, particularmente con el cese a la libertad de tránsito y el toque de queda impuesto por el presidente Carlos Andrés Pérez en 1989, durante los enfrentamientos conocidos como el Caracazo, iniciados por la izquierda tras la aplicación de las recomendaciones del Fondo Monetario Internacional.

De esta manera, un estado de excepción en Venezuela podría causar conflictos ideológicos entre chavistas aun más severos que las ya heterodoxas políticas de Maduro. Por este motivo, aunque la estrategia de militarización tiene como claro objetivo frenar las protestas en la ciudad, la administración de Maduro ha declarado que se trata de una ofensiva contra la “intervención colombiana”, que, según afirma, comanda la subversión venezolana. En efecto, aquél país es considerado por el régimen en Venezuela como el más cercano bastión de los intereses capitalistas a sus fronteras.

El ministro del Interior y Justicia, Miguel Rodríguez Torres, afirmó que la alcaldía de San Cristobal confabula contra el gobierno de Maduro e incita al caos dejando la basura en las calles para que sea usada en piras de fuego y en el cierre de calles. El presidente, por su parte, afirmó que Táchira no se convertirá en trinchera colombiana:

“No lo vamos a permitir, nosotros defenderemos el Táchira con nuestra propia vida si es necesario”.

San Cristobal es considerada como una de las primeras ciudades en manifestarse recientemente contra el gobierno de Maduro.

Entra tanto, en Caracas, los manifestantes en la plaza Francia y los elementos de la Policía Nacional Bolivariana incrementaron la violencia en sus enfrentamientos. Las autoridades intentaron desalojar la plaza con el uso de un fuerte carga de gases lacrimógenos que se propagaron por el centro de la ciudad. Algunos vecinos rechazaron el desalojo y dieron asilo a los manifestantes, haciendo sonar sus ollas en señal de desaprobación por la estrategia oficial.

Las protestas se intensifican también en regiones como Caurimare, donde unas 200 personas quemaron neumáticos y gritaron consignas contra el régimen. Por su parte, otros manifestantes cerraron la autopista Prados del Este, que conduce a la capital.

Vía: El País, La Jornada

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