Ayer, jueves 23 de marzo, 14 países miembros de la Organización de Estados Americanos (OEA) realizaron un pronunciamiento para que el gobierno de Venezuela garantice la separación de poderes, respeto al Estado de derecho y las instituciones, fije un calendario electoral, se liberen a los presos políticos y se reconozcan las decisiones de la Asamblea Nacional de aquel país, como lo indica su Constitución. México, a través del canciller Luis Videgaray, fue una de las naciones que apoyó dicho posicionamiento, mismo que ya ha traído consigo algunas repercusiones diplomáticas: la ministra de Relaciones Exteriores de Venezuela, Delcy Rodríguez, calificó como “insólitas” y “serviles” las más recientes declaraciones de Videgaray sobre la actualidad del país sudamericano.

“No podemos y no debemos seguir siendo indiferentes (…) es un tema que le atañe a México y al resto de la comunidad americana; se trata de una violación sistemática a los principios de la democracia”, dijo Videgaray sobre la situación política en Venezuela. “Ha llegado el momento de actuar”, afirmó el responsable de la visita de Donald Trump a México al periódico estadounidense The Wall Street Journal. El funcionario mexicano declaró que lo que le interesa a los países miembros de la OEA es que se restablezcan —de manera clara y con un calendario que decidan los propios venezolanos— las instituciones de aquella nación.

De acuerdo con la canciller Rodríguez, el exsecretario de Hacienda construye muros con los países de América Latina en lugar de defender los derechos e intereses de sus pueblos. La ministra de relaciones exteriores también sentenció a través de su cuenta de Twitter: “canciller Videgaray agrede a Venezuela para congraciarse con sus dueños imperiales. Cree que así el pueblo mexicano olvidará su traición”. Los otros países que acordaron el posicionamiento contra el actual régimen de Venezuela fueron: Estados Unidos, Canadá, Argentina, Brasil, Chile, Colombia, Costa Rica, Guatemala, Honduras, Panamá, Perú, Uruguay y Paraguay.

El choque entre cancilleres está enmarcado por la amenaza real de expulsar a Venezuela del organismo si no cede en sus pretensiones. El pasado 15 de marzo, Luis Almagro, secretario general de la OEA, propuso la suspensión de Venezuela en caso de que el gobierno de Nicolás Maduro no convocara elecciones generales en 30 días.

 

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