Para incrementar el valor a propiedades -que después gobernadores gandallas rematarán a sus mamás a precios de risa (cof, Roberto Borge, cof)- el presidente de México, Enrique Peña Nieto, se lució al decretar cuatro nuevas Áreas Naturales Protegidas (ANP); acción con la que se ha triplicado este número de zonas en nuestro país.
Para lo anterior, fue necesario que el Jefe del Ejecutivo realizara una solemne firma de documentos, en los cuales se decreta que el Caribe Mexicano, la Sierra de Tamaulipas, el Pacífico Mexicano Profundo y las Islas del Pacífico serán ANP a partir de ahora. Con esta acción, se eleva a cerca de 91 millones de hectáreas el territorio del país que se encuentra bajo esta condición: 70 millones en áreas marítimas y 21 millones en área terrestre.
“Es un día histórico”, remarcó EPN, ya que se asume que México establece un compromiso para el cuidado de las mencionadas zonas. Así debería de ser, pues se supone que las ANP son las zonas del territorio nacional en donde los ambientes originales no han sido significativamente alterados por la actividad del ser humano, o que requieren ser preservadas y restauradas.
Antes de este decreto, la Comisión Nacional de Áreas Naturales Protegidas ya tenía bajo su administración a 176 áreas, divididas en nueve regiones: Península de Baja California y Pacífico Norte; Noroeste y Alto Golfo de California; Norte y Sierra Madre Occidental; Norte y Sierra Madre Oriental; Occidente y Pacífico Centro; Centro y Eje Neovolcánico; Planicie Costera y Golfo de México; Frontera Sur, Istmo y Pacífico Sur; y Península de Yucatán y Caribe Mexicano.
Precisamente en esta última es donde el exgobernador de Quintana Roo, Roberto Borge, habría hecho de las suyas al rematar 9,500 hectáreas del estado -las cuales corresponden al 60% de la reserva territorial del municipio de Puerto Morelos, 52% de Solidaridad (Playa del Carmen), 36% de Benito Juárez (Cancún), 23% de Cozumel, 20% de Tulum y 10% de Felipe Carrillo Puerto, según señala CNN Expansión.
Pero bueno, eso no lo comentó el Presidente en la XIII Conferencia de las Partes del Convenio sobre Diversidad Biológica de las Naciones Unidas (COP13). Porque no importa qué se haga con la biodiversidad del país; sino que se aparente que “el gobierno y la sociedad mexicana estamos asumiendo un compromiso serio, firme y decidido para hacer nuestra contribución, como una nación que se compromete con la conservación y cuidado de nuestro medio ambiente”. No habrá faltado el iluso que sí se la creyera…