Este año ya tuvimos The Avengers, ahora Spider-Man y ya casi Batman. Así es, la cultura pop gringa nos ha vendido al prototipo de luchadores de la justicia, los arquetipos del bien, y nosotros los hemos comprado. No tiene nada de malo eso, simple entretenimiento, pero por qué no darle honor a quien honor merece.
En un intento por llevar a cabo lo anterior, la artista mexicana Dulce Pinzón, enfundó en emblemáticos trajes de superhéroes de cómics a las personas que en la vida real sostienen y hacen más llevadero el American Way of life: los indocumentados latinoamericanos.
Así es como vemos a Batman, Hulk, Superman y compañía, personificados por migrantes realizando labores de la vida diaria. Ellos, dice la autora, tienen sus poderes traducidos a la vida cotidiana: no sólo la fuerza y la resistencia, sino “la capacidad de sobrevivir en situaciones extremas y sacrificar la vida para ayudar a los suyos”.
Estas fotografías forman parte de un proyecto titulado “La verdadera historia de los superhéroes”, con el que se pretende homenajear “al hombre ordinario que sin ningún poder supernatural logra que su comunidad sobreviva y progrese”.