Mañana es Día del Padre, por lo que esperamos que quienes nos leen y aún tienen la fortuna de tener a sus papás, ya les hayan comprado su regalo.
Por alguna extraña razón, a las mamás siempre les va mucho mejor en su día que a los papás. Como la celebración de las jefas es un mes antes, solemos gastarnos en ellas nuestros ahorros comprando buen obsequio (o bueno, al menos digno). Para cuando llega el turno de comprar algo para nuestro señor padre, el presupuesto ya no es el mismo. O en el peor de los casos, tenemos el dinero pero no tenemos ni la menor idea sobre qué podría gustarles.
Pobres papás, además de tener que cambiarnos los pañales poposeados, pagar nuestra educación y aguantarnos durante nuestra edad de la punzada, la mayoría de las veces reciben regalos bien gachos. Entre los más famosos tenemos:
– Un paquete de calcetines blancos Wilson, recién comprados en el Julio Regalado.
– Un paquete de tres pañuelos de tela. Sabemos que nunca los usará, pero aún así insistimos en comprárselos.
– Una pluma medio chafona pero que da el gatazo de ser elegante.
– Un paquete de higiene que incluye: Rastrillo, crema de afeitar, loción corrientita (como la de Rafa Márquez).
– Una botella de Bacardi Añejo. Ojo, no porque son papás tienen que tomar una bebida para abuelos.
– Una comida en el Vips o en los Bisquets de Obregón, que para colmo ese día están a reventar.
– Unas camisas de vestir blancas y aburridas para usar en la chamba.
– Un pants de esos horribles que usan los papás para lavar el coche o ir por el jugo los domingos en la mañana.
Y saben qué, aunque parezca lo contrario nuestros papás cada año guardan la ilusión de, ahora sí, recibir un regalo padre (valga la redundancia), y no las típicas cochinadas arriba mencionadas. Aunque, son tan buena onda que siempre ponen cara de emoción cuando reciben sus obsequios piterillos.
En realidad, lo que todo papá quisiera recibir en su día, pero que nunca lo acepta, son cosas como:
– Suscripción a una de esas revistas que trae a modelos con poca ropa y artículos muy interesantes.
– Que te vayas con tu mamá y hermanos de vacaciones y lo dejen tranquilo en casa por una semana.
– Un abono para que vaya al estadio y vea todos los juegos de la temporada de su equipo favorito, ya que en casa siempre ponen las novelas.
– El pago en la agencia de un servicio completo para el auto, así como su respectiva pulida y encerada.
– Cualquier tipo de accesorio para su auto.
– Un pantalla nueva de alta definición. No hay papá que no quiera una para ver su deporte favorito.
– Si estudias en una escuela privada, esfuérzate y obtén una beca al 100%, porque la verdad tu colegiatura sale carísima.
– Un tocadiscos nuevo para poder escuchar todos esos discos de vinil que tu mamá amenaza con tirar a la basura porque “ya no hay dónde escucharlos”.
– Organízale una reunión con sus amigos, a los que no ve desde hace años.
– Llévalo al cine, al teatro o a un concierto, pero que le guste a él. Generalmente siempre va a los lugares que su esposa o sus hijos quieren.
– El iWatch. Si tu papá es amante de la tecnología, seguro quiere uno.
– Comidas pagadas en su restaurante favorito.
– Lleva a verificar su auto y sufre con los trámites que deben hacerse. ¿Querías hacerte un hombre? ¡Pues vas!
Cómo ven, hay una gran diferencia entre los regalos que ocasionalmente le damos a nuestros papás y lo que ellos realmente quieren. Todavía están a unas horas de enmendar el camino. Hay opciones para todos los presupuestos, y si de plano no tienen nada, basta con que por un mes se porten bien y dejen de darle problemas.