¿Más rápido que una bala?, ¿más poderoso que una locomotora?, ¿capaz de pasar edificios de un solo salto? Eso no es nada, hubo un tiempo en que Superman podía hacer lo imposible y más allá… mucho más allá: soltar mini clones para que correteen por ahí, cambiar de forma a voluntad, ventriloquia (sí, también cuenta como superpoder), besos superpoderosos, y mucho más.
Los poderes de Superman son más que conocidos por todos: superfuerza, supervelocidad, volar, mirada calorífica, rayos X… Pero en los viejos tiempos (entre los años cuarenta y cincuenta) el héroe se tomaba muy en serio aquello de ser un “superhombre”. A continuación presentamos unos pocos ejemplos de los momentos más alucinantes en la historia del Hombre de Acero.
En Action Comics #306 Superman hizo gala del “superbeso”, una versión más romántica del aparato de reprogramación de memoria de Men In Black. Gracias a él, era capaz de resguardar su identidad secreta de las chicas guapas e insidiosas que andan por ahí, pues les causaba una amnesia que borraba su recuerdos a corto plazo. No se sabe si por la calidad del beso, o por ciertas glándulas de Alzheimer que se activaban con los besos de lengua.
El poder de sacar mini clones se cuece aparte. Según explicación del mismo Superman, obtuvo ese poder porque se subió a una nave especial: “con gente que tenía una ciencia bien avanzada”. Esta utilísima capacidad permitió que nuestro héroe salvara una vez más la tierra en Superman #128, y todavía se dio tiempo de regañar a la gente que no sabía cómo funcionaba eso.
Y si alguna vez has tenido la pesadilla de que un mar de hamburguesas alienígenas conquistan la Tierra, no te preocupes. Este estuche de monerías cuenta con el “superapetito”, la capacidad de acabar con un ejército de hamburguesas sin recargarse del estómago. Esta maravilla apareció en Action Comics #454.
Las debilidades también han sido por demás bizarras. Ya de por sí es raro que un dios como él se ponga de rodillas con una simple piedrita verde, pero cuando la kryptonita adopta otros colores, las cosas de verdad pierden todo el sentido. Por ejemplo, la kriptonita roja hace que afloren los instintos más sucios de Superman y lo convierten en un supervillano. Ocasionalmente puede tener efectos secundarios, como convertirlo en un bebé o una hormiga gigante. La kriptonita dorada es el sueño de todo criminal, pues le arrebata permanentemente todos los poderes a Superman.
Pero la debilidad más destacable la produce la kriptonita rosa. Dicha maravilla le da a Superman debilidad por los hombres. En efecto, esta piedra prodigiosa provoca que los kriptionianos se sientan fuertemente atraídos por personas de su mismo sexo. Así lo vimos en Supergirl volumen 4, capítulo 79; donde el héroe de la capa le coquetea descaradamente a Jimmy, su compañerito en la redacción del periódico.
Como ven, a veces Superman se cansa de ser tan ominpotente y se suelta el pelo para darnos algunos de los momentos más incómodos de los comics. Y esto es sólo una pequeña prueba, existen decenas de poderes extraños en el oscuro pasado del héroe más grande del mundo.