En estos tiempos “posmodernos” (aunque ya existen tratados que hablan sobre la caducidad de ese término) cada día descubrimos nuevas formas de interactuar con lo de “siempre”.
Aunque dicha afirmación se pueda entender redundante y un tanto vaga, ésta surge del hecho de que todos los días descubrimos un nuevo servicio para ver o descargar películas (tanto legal como ilegal), un nuevo reproductor de música digital en el mercado, o bien, una sala cinematográfica que promete llevarnos más allá con sonido envolvente, efectos especiales en vivo y un largo etcétera.
Estas nuevas formas de ofertas culturales, han venido a redefinir totalmente el esquema de producción y consumo de las mismas, y es particularmente en la música en donde podemos apreciar el cambio de los modos (desde el disco de vinilo hasta el streaming en tiempo real) y los espacios (de la sala de la casa a la “comodidad” del transporte público).
Antes, para poder presumir una colección musical “decente”, se necesitaba no sólo de un poder adquisitivo relativamente amplio, sino también del espacio físico para poder atesorar cientos de discos catalogados por géneros o artistas. Hoy día, tenemos la música de más de cuatro décadas en el bolsillo.
El sitio iStrategy, especialista en medios digitales y modelos de negocio online, elaboró un infographic en donde podemos apreciar diversos tópicos relacionados con el consumo de música digital en nuestros días. Desde los lugares en donde se escucha, hasta los empleos que se han visto reducidos a causa de los nuevos esquemas, las gráficas proporcionan datos concretos en cuanto al consumo digital de la industria musical.
Resulta interesante saber que a pesar de la capacidad que se tiene actualmente de llevar la música digital a donde sea, la sala de estar sigue siendo el principal espacio para escucharla. Sin embargo, lo que ha cambiado rotundamente son las formas, ya que actualmente se puede escuchar música a través de la televisión, las consolas de videojuegos e incluso los reproductores de DVD o Blu-Ray.
También es de llamar la atención la cifra en donde se nos dice que la producción musical ha crecido exponencialmente, pero en contraste los trabajos relacionados con la industria han venido decreciendo en las últimas décadas.
Tal parece que la conclusión resulta un tanto contrastante: hay más música pero se vende menos, y a pesar de que existen más formas de consumir y dar a conocer propuestas, el mainstream sigue dominando el mercado. Basta decir que Justin Bieber, Lady Gaga y Ke$ha figuran en las gráficas como los artistas más escuchados y compartidos a través de la forma digital de su música.
Les dejamos la infografía para que saquen sus propias impresiones. ¿Ustedes cómo y en dónde escuchan la música digital? ¿En México se debería considerar el amplio mercado de la piratería?