Dicen que si uno cena mucho antes de dormir engorda, puede tener pesadillas y al parecer todas estas cosas pueden convertirse en realidad.
Dormir poco y sentirse descansado en realidad se debe en gran medida a lo que comemos. Al parecer unos taquitos, unas quecas, no son lo mejor, ya que un mal descanso en la vida diaria, puede provocar que la alimentación cambie y comamos más grasas y carbohidratos, los cuales nos pueden inflar la panza, saltar las lonjas y hacer crecer nuestros cachetes.
Son términos muy complicados, pero la serotoninas y la melatonina, son dos moléculas muy importantes en la mejora del estado de ánimo, de la saciedad del hambre y sobre todo de la adecuada regulación del sueño.
Por ello, es vital tener un equilibro en el consumo de estas moléculas, por ejemplo: Los alimentos ricos en proteínas, en general, también lo son en triptófano (pescados, huevos, pollo, pavo); además de otros como legumbres (en particular la soja y sus derivados, como el tofu), los frutos secos (nueces, cacahuetes…), las semillas (sésamo, pipas de calabaza) y algunas frutas (plátano, piña y aguacate). Al mismo tiempo, los carbohidratos desencadenan una respuesta en la secreción de insulina que mejora la biodisponibilidad de triptófano en el sistema nervioso central.
Así que ya sabes, hay que bajarle a algunas cosas antes de dormir, por eso les tenemos dos ejemplos de dietas presueño:
- Menú 1: Sopa de arroz y verduras, salmón al horno con frutos secos y alguna infusión o té.
- Menú 2: Ensalada de pasta (o arroz) con pollo, aguacate, espinacas, germinados y nueces, y arroz con leche de soya y avellanas.
¿Les gusta? ¿la podrían cambiar por esas garnachas?
***Vía ABC.es