Uno de los artículos más codiciados dentro de una cárcel son los teléfonos celulares. Se supone que están prohibidos, pero nunca falta el ingenio y creatividad para ayudar a que estos ‘angelitos’ puedan hacerse de uno de estos artefactos.
Precisamente de eso trata este post. Te mostramos de algunas de las formas más extrañas en las que se han introducido estos móviles a las cárceles brasileñas, pa’ que los pobrecitos reos no estén incomunicados.
Atados a palomas, ocultos en comida, dentro de un paquete de pan, amarrados en una pierna ortopédica, sujetos a mini-helicópteros, dentro de las cabezas de los cepillos de limpieza, catapultados o arrojados en paracaídas desde el exterior, camuflajeados como un tatuaje e incluso dentro del estomago de algún amable voluntario.
Estas formas de conseguir celulares dentro de las prisiones cariocas fueron dadas a conocer por las autoridades penitenciarias de Sao Paulo, por medio de las imágenes de algunos de los 31,000 teléfonos confiscados entre el 2008 y 2010. Dichos aparatos de comunicación fueron introducidos por visitantes o funcionarios corruptos.
Aquí algunas de las fotos:
(Estos métodos también pueden ser empleados para meter celulares de contrabando a los exámenes y demás eventos donde está prohibido introducirlos, pero no digan que lo leyeron aquí).
Dicen que en México no es tan complicado conseguir celulares dentro de la prisión, es más, aquí hasta tenemos presos que tuitean sus aventuras desde el interior.