Llegó la primavera, y con ella, el aumento en la temperatura, la vacación de semana santa y el reverdecimiento de las ciudades. Todo muy bonito y muy cursi, pero a ciencia cierta: ¿qué efectos causa la llegada de esta estación en nosotros?
Muchos piensan que la primavera sólo son desfiles del kinder, en donde paseábamos por las calles disfrazados de animales en bicicletas y triciclos adornados para la ocasión; la coronación del Rey y la Reina de la Primavera (que no es otra cosa que un pretexto para sacarle dinero a los ingenuos padres de familia); o bien, la costumbre que tienen los chairos de vestir de blanco e ir “a cargarse de energía” a las pirámides.
Sin embargo, la primavera realmente crea cambios en nosotros. A unos días de su entrada, hagamos un breve recuento de ellos:
Empecemos hablando del aumento de la duración de los días. Después de meses en los que anochecía más temprano y amanecía más tarde, el sol poco a poco comienza a ganar terreno, eso sin contar que cada vez vestimos con menos ropa pues el aumento de la temperatura hace que sea innecesario cargar chamarras para el frío. Obviamente esto nos invita a salir más a la calle y por ende, nuestro estado de ánimo mejora.
Y es que cuando nuestro cuerpo recibe los rayos del sol (obviamente de forma moderada), nuestra mente se agudiza y nuestro estado de ánimo es revolucionado. Así lo afirmó Matthew Keller, director de un estudio sobre los efectos del clima en las personas, que fue publicado en el 2005 por la revista Psychological Sience:
“Estar en la calle cuando hace un día agradable te ofrece la oportunidad de resetear tu mentalidad. Todo el mundo sabe que el buen tiempo afecta al estado de ánimo, pero esto no es cierto, tal y como desveló un estudio del año 2000. Nosotros hemos encontrado dos variables importantes en todo esto: cuánto tiempo pasas en el exterior y la estación del año”.
Este estudio que midió la manera en la que el buen clima y la cantidad de tiempo que pasamos en la calle afectan nuestra recepción de información nueva, a la memoria y al estado de ánimo, reafirmó que la primavera nos amplia la mente y ayuda a mejorar nuestra memoria.
Cuando hay días soleados y claros, los voluntarios en esta investigación que pasaron más tiempo en la calle, mejoraron la flexibilidad de su pensamiento y aumentaron tanto su capacidad de memoria como su estado de ánimo. En contraparte, quienes no estuvieron en el exterior registraron menores efectos positivos en su memoria y pensamiento.
En la segunda de las pruebas, se midió el tiempo que los participantes de la investigación estuvieron en el exterior. Aquellos que estuvieron más de media hora tuvieron un mejor sentido del humor que aquellos que lo hicieron menos de 30 minutos. Lo complicado aquí, es encontrar el tiempo para poder disfrutar del clima primaveral saliendo de la oficina, sobre todo en las grandes ciudades en donde todo el tiempo estamos corriendo.
¿Y por qué nos sentimos mejor en la primavera que en otras estaciones? Erróneamente creemos que nuestro estado de ánimo mejorará aún más con la llegada del verano, cosa que no siempre sucede, pues el mismo estudio mostró que los días con temperaturas extremas (muy calurosas o muy frías) empeoran nuestro ánimo. Esto no es nuevo, pues desde nuestros orígenes, los humanos hemos ido evolucionando y adaptándonos de acuerdo a los cambios meteorológicos y de estación.
Así que ya sabes, ¿Tú novia o alguno de tus colegas de la chamba anda con un humor insoportable? Aprovecha que es primavera y mándalo a darse una vueltecita a la calle, seguro y regresa más alivianado. Y nosotros también démonos un tiempo para disfrutar en la medida de lo posible de estos días primaverales.