Como si se tratara de comer para sobrevivir, muchas personas se inscriben en concursos de comida que ponen a prueba no sólo el estómago humano, sino todo el cuerpo; desde la mente hasta los intestinos, casi todos los aparatos que conforman nuestro cuerpo se ven afectados con tal de levantarse en hombros como el campeón de un concurso. A veces los restaurantes organizadores de los concursos dan premios que podrían hacerte pensar dos veces el aguantar la refriega alimenticia. Otras veces, únicamente es el título y el “respeto” lo que se juegan los concursantes.
Sea cual sea la situación, está claro que se necesita de mucho valor, mucho estómago y, quizás, poco cerebro para someterte a pruebas de este tipo, en donde se lleva al límite la capacidad digestiva de las personas.
Desde comer tartas gigantescas de calabaza, rollos de Sushi del tamaño de un antebrazo, hasta probar de los picantes más agresivos del mundo; la gente es capaz de todo con tal de un pequeño reconocimiento. Aquí están los 10 concursos de comida más extraños en el mundo, donde en general los premios no son tan atractivos como el hecho de pasar a la historia de la glotonería.
Veamos cuál de estos concursos te parece el mejor y cuáles te crees capaz de vencer.
¡Qué comiencen los juegos del hambre atasque!
- Rollitos de Atún con un “toquecito” picante: En la ciudad de Los Ángeles existe un restaurante de sushi llamado Yagumo, un lugar donde aparte de comer los clásicos rollitos japoneses de salmón o sashimi, también puedes entrar en un duelo contra dos rollos de atún. ¿Fácil? Trata de soportar la salsa picante que acompaña a los rollos. ¿El premio? Una linda camiseta de Yagumo…
- Sandwich 4XL: Las tallas extra siempre son temibles para alguien que cuida su figura. Si no lo sabías, XXXL o 3XL es una de las tallas más grandes que vas a encontrar en algunas tiendas de ropa, así que si estamos hablando de un emparedado que rebasa la medida máxima en comercios, seguro será una bestia de platillo. En el bar Novo Batel de Pontevedra, se sirve un sandwich de 70×40 centímetros y un peso de 3.5 kilogramos (sí, como un recién nacido), hecho de huevo, queso, tocino, jamón, jitomate, lechuga y cebolla. ¿El premio? No hay premio…
- Cocido leonés para el hambre de un León: Este es quizás uno de los platillos que más se apetecen, no tanto por sus ingredientes, sino por el jugoso botín que espera a quien conquiste el reto. Unas vacaciones de 15 días en las Canarias, con todos los gastos pagados, se llevará el afortunado ganador que pueda derrotar una ración de cocido leonés para, por lo menos, cuatro personas. El cocido se compone de papa, garbanzo, carne de puerco, res y ternera, así como de chorizo y morcilla. Hasta el momento ninguna persona ha logrado comerse el plato entero. ¿Tú podrías?
- Rollotes de Langosta: En Bangor, Maine, existe un restaurante que al contrario del común de los concursos en donde las comidas son baratas y muy grasosas, aquí te retan a comer la mayor cantidad de rollitos de langosta. El premio podría parecer suficiente ya que el Rey Langosta se lleva a casa 700 dólares y un trofeo. Ah sí, también una maldita indigestión de aquellas…
- 50 metros de tarta de calabaza: Para ser partícipe de este concurso, es necesario que viajes a Nueva York, específicamente a la ciudad de Clarence, y te dirijas a un lugar llamado “La Gran Granja de Calabazas“. Ahí te toparas con decenas de personas que año con año compiten para ver quién come más porciones de una tarta de 50 metros de diámetro, todo esto sin utilizar las manos.
- Atasque de espárragos fritos: En la comunidad de Stockton, en el estado de California, se lleva a cabo un concurso en el cual se come una de las comidas más sanas de este conteo: Espárragos. Pero como a nadie le gusta lo sano, los espárragos no se cocinan a la plancha y mucho menos al vapor. En este concurso se fríen los sagrados alimentos y se degluten en un concurso en el que tiene 10 minutos para comer la mayor cantidad de este vegetal.