Los burros con rayas pintadas de negro, los cuales son uno de los atractivos turísticos de la Avenida Revolución en Tijuana, buscan convertirse en patrimonio cultural de su estado.
Es el grupo de ciudadanos y empresarios conocido como Uni2 los que quieren que ésta casi mítica criatura se convierta en Patrimonio Cultural Inmaterial de Baja California.
Los burros-cebra fueron una solución técnica a las fotografías en blanco y negro a principios del siglo 20.
Jorge Bonillas, de 81 años, es el más viejo de los burreros y le contó al Reforma que:
«Si el burro era blanco y había mucho sol, no salía en la foto, de ahí nació la idea de que se le pusieran una rayas para que resalta el animal. Batallábamos porque se despintaban»
Además recuerda que en la llamada Época de Oro de los burro-cebras había 21 carretas y los fotógrafos no se daban abasto.
Pero ahora las condiciones de los burro-cebras no son tan buenas, al parecer sólo hay nueve carretas y tanto los burros como los dueños apenas comen, pues casi no hay demanda de fotografías.
El consejo municipal del Instituto de Cultura de Baja California ha dado su visto bueno para que estas criaturas dignas de un pokedex sean patrimonio cultural, este mes se resolverá si son reconocidos a nivel estatal.
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