A lo largo de su persecución delirante por el poder militar, el gobierno de los Estados Unidos ha realizado algunos de los experimentos más crueles en seres humanos de la historia. Te presentamos una pequeña lista de aquellos experimentos que nunca debieron de haberse realizado.
1. MKULTRA, Subproyecto 68:
El doctor Donald Ewen Cameron, un verdadero sicópata, participó en el proyecto MKULTRA, el cual estaba diseñado por la CIA para controlar la mente de las personas. Con ese fin, Cameron aplicó un intensa terapia de choques eléctricos a pacientes canadienses con trastornos bipolares o problemas de ansiedad. Más tarde, los indujo a un coma por drogas. Cuando despertaban, los esperaban grabaciones con sonidos e imágenes repetitivas. Como resultado, los pacientes sufrieron una amnesia grave, olvidaron a sus padres e incluso olvidaron cómo hablar.
Este terrible experimento se llevó a cabo entre 1957 y 1964. Cuando le cortaron los fondos, el dr. Cameron indujo a un niño a tener relaciones sexuales con un funcionario sólo para grabar el acto y usarlo como un arma de chantaje.
2. Soldados en cámaras de gas mostaza:
Las cámaras de gas usadas en la Segunda Guerra Mundial por el régimen nazi son bien conocidas. El gobierno norteamericano no se quedó atrás, en los años cuarenta realizaron experimentos con cámaras de gas, ¡sobre sus propios soldados! La idea era probar trajes especiales que resistieran ese tipo de ataque químico. Los soldados no dieron su consentimiento y no estaban enterados de las consecuencias que esto podría traer.
Los gases que utilizaban causaban quemaduras, picazón y erupciones extremadamente dolorosas. Mientras que la inhalación de estos químicos provocaba estornudos, vómitos y edema pulmonar. Finalmente, estos gases tenían la capacidad de derretir los trajes, que estaban hechos de goma. A la larga, la exposición a estos compuestos era un factor cancerígeno, y aunque algunas de sus consecuencias eran reversibles, otras podían quedarse en los soldados para siempre.
3. Ataque a ciudades con agentes químicos:
Cuando el ejército estadounidense y la CIA querían conocer los efectos que un ataque químico podría tener sobre sus ciudades, atacaron varias poblaciones dentro de su territorio.
Entre los ataques más intensos se encuentran la expansión de la tos ferina en la bahía de Tampa, lo cual provocó muchos enfermos y 12 personas muertas. También soltaron agentes patógenos en San Francisco, lo cual provocó varios casos de neumonía. Finalmente, el caso más grave se dio en los poblados de Savannah, Georgia, y Avon Park, Florida. Ahí soltaron enjambres de mosquitos portadores de la fiebre amarilla. Los habitantes sufrieron de tifoidea y fiebre, además de que hubo varios casos de niños muertos en el útero de sus madres.
Los militares acudían a los poblados disfrazados de agentes de sanidad. Pretendían ayudar a la gente, cuando en realidad estudiaban los efectos de los ataques a largo plazo.
4. Infección de guatemaltecos con enfermedades de transmisión sexual:
En los años 40 entre 2,000 y 5,000 guatemaltecos fueron infectados con sífilis, gonorrea o cancroide. El experimento, dirigido por el dr. John Cutler, tenía como objetivo comprobar si la penicilina podía prevenir este tipo de enfermedades.
Para el experimento se infectaron a prostitutas, exmilitares, presidiarios y niños huérfanos. Claramente, los pacientes no sabían que estaban siendo infectados. Los resultados no se conocen, pero se sabe que al menos hubo 83 muertos.
5. Personas drogadas con LSD
Entre 1953 y 1964 el gobierno de los Estados Unidos drogó a varios militares y muchos civiles con el alucinógeno LSD en contra de su voluntad. Los agentes se infiltraban en playas y bares y ponían la droga en las bebidas de las personas. Después de eso, las seguían y estudiaban su comportamiento.
Entre las personas que padecieron este experimento, varias sufrieron alucinaciones, convulsiones o paranoia. Algunos de ellos murieron.
6. “Agente naranja” contra presos
El famoso “agente naranja”, usado en la Guerra de Vietnam, provocó múltiples deformaciones físicas y mutaciones genéticas en las generaciones subsecuentes. Para llegar a ello, entre 1951 y 1974 se inyectaron componentes de este agente a varios preson dentro de los Estados Unidos.
Se les decía que participarían en un tratamiento “dermatológico” y se les pagaba para que accedieran. En realidad se les inyectaba un compuesto del “agente naranja” sin que ellos lo supieran. El experimento fue dirigido por Albert Kilgman y provocó que los pacientes tuvieran erupciones en las mejillas, detrás de las orejas y en las ingles.
*Vía RT