Está bien que muchos anden prendidos con la proximidad del Mundial Rusia 2018… pero hay que detenernos a aplaudir de pie lo hecho por la corredora rarámuri Lorena Ramírez quien, vistiendo las ropas tradicionales de su comunidad, logró el tercer puesto del ultramaratón Tenerife Bluetrail.
Celebrado el pasado 9 de junio, la carrera en la que Lorena Ramírez se impuso consta de 102 kilómetros. De acuerdo con Verne, la corredora rarámuri logró llegar a la meta con un tiempo de 20 horas 11 minutos y 37 segundos: el quinto mejor tiempo de la general femenil. Lorena ocupó el tercer sitio de la categoría senior (18 a 39 años).
No es la primera vez que Lorena Ramírez compite en el ultramaratón. Fue invitada por primera vez, luego de ganar la carrera de 50 kilómetros de Tlatlauquitepec, Puebla. “Te quitaste la espina”, señala la publicación compartida por la organización del evento, ya que en 2017 la corredora rarámuri tuvo que abandonar la competencia en el kilómetro 55, debido a un dolor en la rodilla.
Haciendo honor a su pueblo, no es la primera vez que representantes rarámuri (“pies ligeros”) destacan en competencias de este tipo. De hecho, Lorena no fue la única participante en el ultramaratón. También lo hizo su hermano Mario, consiguiendo el puesto 22 general, y su hermana menor, Juana, ocupando el decimoquinto puesto de la categoría femenil de 67 kilómetros.
Lo que llama la atención de los organizadores del evento es -además de correr con las ropas y huaraches que usan cotidianamente- que tanto Lorena como sus hermanos no cuentan con entrenamiento formal. Su única preparación es realizar caminatas y escaladas por el monte… y no por diversión, precisamente: cuando eran niños, caminaban cinco o seis horas siguiendo a las chivas, o acompañando a su padre al pueblo para comprar comida.
Cuando en 2017 Lorena Ramírez fue entrevistada por El País, dado que era la primera mujer rarámuri en ser invitada a competir en un ultramaratón en Europa, ella no respondía a las preguntas. En parte porque no se sentía cómoda ante las cámaras y, sobre todo, porque no fue a la escuela y, por ello, no podía hablar “el idioma de los chabochis o mestizos”. Su hermano Mario le sirve de interprete.
Ahora no se detalla si ya aprendió a hablar español. Como sea, la organización del ultramaratón destaca el logro de Lorena Ramírez, pese a falta de apoyos y su situación económica. “Cuando te enseñan que más allá del material, de lo que tengas o lleves, te mueves por el tesón y amor a lo que haces. Para ellos estas participaciones son increíbles, les permite seguir ganando visibilidad para su pueblo y conseguir apoyos extras para su comunidad. Los hermanos Ramirez ya están en su sierra Tarahumara. Los que corrieron sabes que la bajada del Asomadero no fue fácil pero se consiguió y por lo que vemos en los vestidos ni una caída. Realmente nacísteis para correr”.