¿Creían que Donald ‘Trún’ es un patán? Lo que pasa es que no son el presidente de Francia. Acusado de bullear a todo el que se encuentre, es fácil ver cuando Donald Trump tiene afinidad con algún otro mandatario, siempre que no sea el mexicano. Este martes, 24 de abril, el presidente gabacho recibió a Emmanuel Macron —y como a él no le está cobrando un muro— lo trató con todo el cariño posible.

Juntos, los dos jefes de Estado han dedicado su visita —llegó ayer— a pasear por los jardines de la Casa Blanca, sembrar arbolitos, tomarse de la mano y, sobre todo, organizar sus posturas sobre el acuerdo nuclear con Irán y las negociaciones con Corea del Norte.

La visita de hoy arrancó con un desastre de la etiqueta diplomática: “Tenemos que mantenerlo perfecto. Él (Macron) es perfecto”, decía Trump mientras le quitaba la caspa de la solapa del saco. Dentro de la Oficina Oval, el presidente de Estados Unidos confirmaba que de verdad “tienen una relación especial”.

“Señor presidente, todos están hablando de qué relación tan buena tenemos y en realidad están en lo cierto. No son noticias falsas. Finalmente. No son noticias falsas. Es un gran honor. Un gran honor que esté aquí”, mencionó Trump comprobando que está fascinado con la visita.

También, al inicio de la segunda jornada de pláticas entre los dos mandatarios, Donald Trump tuvo una pequeña falla en la tradición parisina de ‘la bise’. Regularmente, para los franceses son dos besos de saludo. Sin embargo, en otras partes del país europeo la etiqueta dice que son más besitos volados —en Córsega son 5 y eso provocó la confusión del presidente gabacho. 

El presidente ‘Trún’, parecía tener todas las intenciones de lanzarse por el tercer beso y salió rechazado.

Después de tanta fiesta y cariño, los mandatarios también tenían que trabajar:

Sobre Corea del Norte, Trump dijo en las primeras reuniones que espera celebrar el encuentro con Kim Yong-Un “lo antes posible”. También, tuvo la puntada de asegurar que el líder norcoreano es “muy abierto y honorable”.

Sobre Irán, Trump amenazó que no pueden reactivar su programa nuclear: “Si lo hacen tendrán problemas mayores que los que hayan tenido hasta ahora”, dijo. Después, se animó a decir que el acuerdo actual es un “desastre (…) un acuerdo horrible”.

En la conferencia de prensa final, se dieron la mano, se abrazaron de cuates y besito de despedida: “Me cae demasiado bien”, dijo Trump.

Macron aprovechó para agradecer la calurosa bienvenida y luego aseguró que trabajarán juntos: “Tú (Trump) consideras que el acuerdo con Irán es un mal acuerdo. Yo he dicho que es un acuerdo insuficiente (…) Trabajemos en nuevo acuerdo con Irán”. Después de eso, le pidió a Trump encontrar una solución política a los problemas mundiales.

Todavía no sabemos qué pasará con el nuevo bromance de la política internacional, pero la primer visita fue muy enriquecedora para los dos presidentes: pudieron ofrecer sus posturas, trabajar juntos en “un acuerdo justo para construir la paz” y —¿por qué no?— pasaron un rato agradable con alguien que les cae muy bien.

¿Qué sucederá con Siria? ¿Con Corea? Quién sabe, pero a Francia y a Estados Unidos cuéntelos como una nueva alianza.

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