Ayer realizó una más de sus presentaciones la flamante dirigente interina que del PRI-DF, en la que señaló el rumbo que tendrá el PRI capitalino y aclaró su posición respecto al caso de su colega Cuauhtémoc “todas mías” Gutiérrez, quien como recordarán, es culpado del manejo de una red de prostitución pagada con ingresos de su partido.
El caso es que después de todas las demagógicas declaraciones de Laura Arellano –nombre de la momentánea lideresa-, llegó el momento de las preguntas directas y ahí se le cuestionó si sabía algo al respecto de las “travesuras” que realizaba su predecesor, a lo que contestó que sí… pero que nomás “de oídas”.
Escaza de esa característica que tiene la mayoría de los seres humanos, la cual lo ha llevado a hacer grandes descubrimientos, o sea la curiosidad, a Arellano no se le hizo prudente investigar el que su correligionario contratara a puras chamaconas de minifaldas, ni tampoco que toda la plantilla de mujeres era atraída con anuncios en periódicos donde se ofrecía supuesto “trabajo en oficina gubernamental”, para después nomás tenerlas encerradas en un cuarto… y todo pagado por el partido.
Por otra parte, aseguró que lo que se plantea como dirigente del PRI es dar “la vuelta a la página” de lo sucedido con el conocido “rey de la basura”… pero no mediante una aclaración de lo denunciado, sino de un cambio en la estructura del partido, la cual se encuentra atiborrada de allegados de Cuauhtémoc Gutiérrez, quien una vez en el poder se encargó de colocar a su gente en las 16 delegaciones que conforman el DF.
Lo anterior con miras a intentar ganar las elecciones a realizarse el próximo año en el DF, ya que indicó que la intención del electorado pudo haber sido afectada de forma directa debido a los recientes hechos de prostitución en que se ha envuelto su partido… pero aún no ha sido evaluado el grado de afectación, nada más es “de oídas”.