Aprovechando nuestra visita a la Feria Internacional del Libro de Guadalajara, aprovechamos para charlar con Jesús Lemus Barajas, autor de “Los Malditos. Crónica negra desde Puente Grande”.
Jesús Lemus Barajas se desempeñaba como director del periódico michoacano El Tiempo de la Piedad, en donde llegó a publicar varias notas que incomodaron no sólo a las autoridades locales, sino también al Gobierno de la República.
Como consecuencia de su trabajo, en el 2008 una confabulación del poder hizo que le fabricaran cargos militares (delincuencia organizada y fomento al narcotráfico), que finalmente lo llevaron al penal de máxima seguridad de Puente Grande, en Jalisco.
Durante su estancia en prisión, Jesús Lemus fue sometido a la crueldad del sistema penitenciario mexicano, donde debió convivir día a día con presos alta peligrosidad como “El Mochaorejas”, Alfredo Beltrán Leyva, Caro Quintero, o Mario Aburto.
Finalmente logró ser absuelto en el 2011 y de esa perturbadora experiencia surgió Los Malditos, un valioso documento periodístico en el que Jesús Lemus realizó una impactante crónica de sus vivencias en Puente Grande, así como las conversaciones que sostuvo con varios de los delincuentes más peligrosos de nuestro país.
Narrado con valentía, pero de una forma que hace vivir al lector en carne propia sus tragedias, Jesús Lemus nos ofrece con este libro una aproximación bastante certera a la forma en la que se vive en un penal de máxima seguridad, y nos brinda un acercamiento único a la personalidad de los criminales más temidos y la forma en la que su estancia en prisión los ha cambiado.
Leerlo sin sentirnos inquietos y sobrecogidos en los pasajes más desoladores del libro es prácticamente imposible.
Los Malditos, crónica negra desde Puente Grande
J. Jesús Lemus
Editorial Grijalbo
Jesús Lemus tiene más de 20 años de experiencia como reportero, jefe de información y redacción, así como editor en distintos medios. En cuanto tuvimos la oportunidad de charlar con él no lo pensamos dos veces. Esto fue lo que nos platicó:
Sopitas.com: Muchas gracias por la entrevista Jesús. Tu historia me parece entre terrible, por aquello de estar encarcelado injustamente, pero a la vez fascinante. ¿En qué momento decides que esta experiencia traumática te podía servir para crear un documento como este libro?
Jesús Lemus: Lo decido dentro de la cárcel, cuando era mi única tabla de salvación para subsistir. En la cárcel todos los días está uno muriéndose, y entonces, yo estaba abandonado en aquella celda de dos por tres metros donde estaba solo, desnudo y sin nada a mi alcance. Lo único que tenía era la imaginación y el oficio periodístico, y cuando comienzo a escuchar los nombres de los presos que estaban en mi entorno es cuando me doy cuenta del lugar en el que me encontraba y donde como tú bien dices, convertí la desgracia en una situación favorable.
Traté de buscar esto sintiendo y diciéndome a mí mismo, quizá engañándome en ese momento, que no era preso, que yo era un reportero y que estaba haciendo un trabajo periodístico que iba a llevarle a la gente. Ahí es donde concebí por primera vez el libro, cuando salgo tomo los apuntes que logré extraer de la cárcel y los manejo como una terapia psicológica y como algo catártico, y es ahí cuando decido crear este libro que es un documento periodístico narrativo. No es una novela, no es un cuento de ficción, no, es un documento de periodismo narrativo donde plasmo los diálogos de los presos que vivieron conmigo dentro de la cárcel federal de Puente Grande.
Sopitas.com: Al estar con estos “peces gordos” de los últimos años del crimen en México ¿llegaste a percibir un real arrepentimiento en ellos o realmente no cambian? ¿Sirve meterlos a la cárcel o su entorno psicológico sigue siendo el mismo?
Jesús Lemus: Yo pienso que sí, sí hay un cambio emocional y personal muy al interior del preso, el hecho de que todos los días te dejen sin comer, te pongan unas madrizas, te desvelen en el patio o te mojen con un chorro de agua presión provoca un cambio de conciencia. No es un aspecto de reinserción social, definitivamente lo señalo, es más bien un asunto de autoconmiseración del preso, donde él mismo se reconoce como una pieza endeble y se plantea como un sujeto de cambio, entonces, yo sí observe un arrepentimiento real en muchos de los presos, claro, habrá otros con los que no sostuve una relación amistosa y no puedo dar fe de ello, pero hubo otros que realmente sí se arrepentían de lo que habían hecho o de lo que estaban ahí purgando, y que tenían una convicción bien clara de que una vez que salieran a la calle iban a ser distintos a como fueron antes, porque para empezar, muchos dentro de la cárcel se dejaron de la soberbia, de la vanidad, del egocentrismo que pudieron haber tenido en la calle, y ahí dentro se encontraron consigo mismos.
Te pongo el ejemplo de presos como El Mochaorejas, salvajes y sanguinarios en la calle pero dentro de la cárcel hacían oración, hablaban con Dios y hacían ese acto de comunión con algo supremo no visto pero a lo mejor sí tangible al sentimiento. Realizaban ese ejercicio todos los días, yo pienso que a partir de ahí ya hay un cambio, hay un arrepentimiento, insisto, no es la forma correcta de readecuar al preso porque finalmente dentro de esa parte de arrepentimiento queda un resentimiento mucho más grande.
Sopitas.com: Existe la percepción popular de que este tipo de criminales tienen privilegios dentro de prisión, para quienes aún no se han acercado al libro, qué puedes hablarnos al respecto, ¿es mito o realidad?
Jesús Lemus: Mira, yo estuve en la cárcel federal de Puente Grande de mayo del 2008 a mayo del 2011 -tres años cinco días-, en ese tiempo no vi ni siquiera un momento ni percibí la posibilidad de que un preso recibiera un trato especial, al contrario, yo viví con presos tan poderosos como Rafael Caro Quintero, o como El Mochomo Beltrán Leyva, que tienen mucho poder económico y mucho poder de fuerza, por decirlo de alguna manera, sin embargo, el trato con ellos era tan humillante, tan decadente, tan denigrante como el que me daban a mí: los sacaban, los madreaban, los dejaban sin comer, con hambre, con frío, y así era todos los días. No había ningún trato que dijeras ‘preferencial para tal persona porque es un señor con renombre’, no, eso es una mentira, es un mito urbano que se ha generado.
Yo encontré dentro de la cárcel algunas historias que hablaban, por ejemplo, de cuando estaba El Chapo y que sí había un trato diferente, él era quien en su momento controlaba la cárcel, por eso se cansó y mejor se fue, pero en los presos que yo conocí dentro de la cárcel, todos eran tratados con la misma vara, a puros chingadazos.
Sopitas.com: ¿Realmente están en la cárcel quienes deberían de estar? Porque nosotros cuando oímos “Apresaron a La Barbie”, por ponerte un ejemplo, uno piensa “wooow, es un cabecilla”. ¿Hay gente más arriba y ellos sólo son chivos expiatorios de poderes más altos?
Jesús Lemus: Sí, sin duda alguna. Lo que observé en la cárcel es que ni están todos los que son, ni son todos los que están, hay mucha gente inocente encerrada, yo creo que el 70% de los presos son chivos expiatorios que están ahí por una llamada, una de esas mamadas que sacó Felipe Calderón de una llamada anónima o de un testigo protegido que está omnipresente y es omnipotente porque está en todas partes, lo ve todo y lo sabe todo; entonces, esos presos que estaban dentro de la cárcel por llamadas anónimas, por testigos protegidos o por procesos sin prueba alguna o procesos viciados de origen, sin duda están siendo víctimas de una venganza personal de gente que está dentro del aparato del estado, y que tuercen el derecho para sus conveniencias.
En México lamentablemente así es la herencia que nos dejó Felipe Calderón: utilizar el poder del Estado para él y sus amigos. Muchísimos de los presos que yo conocí, por lo que me decían de sus procesos eran gente inocente. En cambio, muchos delincuentes están en los mandos de gobierno de la administración pasada, que fueron los que torcieron toda la justicia.
Sopitas.com: Además de este libro, y dejando de lado todas las injusticias y sinsabores que viviste en la cárcel ¿qué cosas buenas te dejó esta experiencia?
Jesús Lemus: Me deja la experiencia de primero, reencontrarme conmigo mismo, pienso que soy una mejor persona después de ese proceso, porque a lo mejor los chingadazos me educaron de otra forma, y no es que los agradezca, de ninguna forma, pero me encuentro conmigo mismo y con una parte espiritual que no tenía; por otro lado, logro recavar el documento más importante de mi vida periodística que es el libro Los Malditos, donde junto una serie de pláticas con los reos más reconocidos mediáticamente, y que veo difícil que alguien más pueda compilar. Lo presento como una parte de mi trabajo periodístico, y eso es lo que me deja la cárcel dentro de toda esa etapa de sinsabores.
Sopitas.com: ¿Tuviste miedo de publicar Los Malditos?
Jesús Lemus: Sí, mucho miedo. Publicarlo me causó algo de escozor, no sabía que se venía después de eso. Afortunadamente no ha habido reacción del Estado hasta el momento, y es que el Estado es el que más afectado resulta en todo esto. Cuando platiqué con estos “malditos” de alguna manera hubo el consentimiento para la publicación de lo que se menciona o de lo que se maneja, por ellos no creo que haya ningún problema; insisto, me preocupa el Estado que es más violento y reacciona con mayor fuerza y fiereza, lo hemos visto en muchos otras ocasiones. Cuando yo voy a la cárcel fue por una reacción del Estado, entonces de ahí es de donde puede provenir algo de violencia, pero mientras no me deje ver…
Sopitas.com: Finalmente, ¿después de todo lo que te ha pasado, crees que hay justicia en México?
Jesús Lemus: Para nada, en México no hay justicia, las sentencias se dictan de acuerdo al ánimo y a la corrupción de un juez. Hay jueces que, como en mi caso, dieron sentencias condenatorias sin ninguna prueba. En ninguna parte del mundo podría proceder una sentencia sin una prueba pero en México sí. En nuestro país se requiere un cambio total del Sistema Judicial y debemos comenzar primero por democratizarlo, por hacer que los jueces se elijan.
Qué bueno que hoy el presidente Enrique Peña Nieto habla de reformas, pero creo que queda pendiente la reforma judicial, y esa le corresponde a esta administración hacerla. De otra forma México va a seguir en esta vorágine de violencia y de injusticias en la que estamos viviendo. Esta nación debe llegar a un proceso en el que posteriormente se pueda elegir a los jueces de distrito y a los magistrados, que sea una elección directa en donde la gente pueda participar y poner a su juez de distrito. Hasta la fecha el 99% de las personas no sabe quién es su juez de distrito, y son jueces que tienen en sus manos el poder de cambiar de un plumazo la vida de una persona y de toda una familia ¡pero a esos no los tocamos! como que el Poder Ejecutivo le tiene miedo al Judicial, y el Judicial se siente a salvo en su bola de cristal. Pienso que tiene que llegar el cambio, tiene que darse el momento de que haya una reforma en el Poder Judicial
Sopitas.com: Muchas gracias por la entrevista Jesús.
Por @gabrielrevelo