La Guerra de los Zetas: Diego Enrique Osorno
Todos hemos oído hablar de ellos, aunque no todos sabemos a bien los alcances que un grupo armado como éste tiene en las estructuras político-sociales de México. Por fortuna, este libro nos esclarece un poco el panorama de lo que hay detrás del cártel de Los Zetas, y la guerra que sostienen desde hace años contra otros grupos de poder.
En esta ocasión no queremos recomendarte una novela literaria, una recopilación de cuentos o algún ensayo, sino un libro que recoge fragmentos de una realidad dolorosa que está ahí por más que sea negada por sociedad y gobierno.
En teoría, lo que desde hace años sucede en el noreste de nuestro país no debería seguir siendo ignorado. Por fortuna, a pesar de los peligros que trae consigo el documentar la crueldad y violencia, hay quienes se animan a narrar esa cotidianeidad del miedo y la violencia absurda, y entregarnos un invaluable testimonio de una situación que desde hace mucho pasó de ser insostenible, para transformarse en irreal.
De eso se trata “La Guerra de los Zetas”, de Diego Enrique Osorno, de mostrarnos el lado cruel de la disputa por el poder a manos de los cárteles de las drogas, no desde un punto de vista político o del discurso económico, sino desde donde más se le padece: en las calles de los poblados, en las familias, en la gente que ya se acostumbró a palabras como narco mantas, ejecuciones, levantones, narco fosa, halcones, o tiroteos.
“La Guerra de los Zetas” es un libro que puede catalogarse como una bitácora de viaje por algunos de los sitios clave de la frontera noreste del país (en especial Monterrey y Tamaulipas), una de las zonas más castigadas por el crimen organizado, la corrupción, la lucha de intereses y el miedo. En cada parada, Osorno no sólo nos va adentrando en la historia y modus operandi (si es que podría llamarse así) de uno de los cárteles más dominantes y crueles de los últimos años en México, sino que también retrata la vida de habitantes, periodistas, autoridades y fuerzas del orden que a diario conviven con estos grupos delictivos. Todos estos entes conforman un tejido social que va enfermándose y es arrastrado hacia un huracán de muerte que va consumiendo todo a su paso.
Escribo estas palabras desde la Ciudad de México. Ajeno hasta cierto punto del infierno que Osorno relata en las páginas de su libro. Por eso, al leer cada uno de los capítulos me resultaba casi imposible dejar de lado esa sensación de que leía ficción. Una parte de mi no quería aceptar que lo relatado en “La Guerra de los Zetas” es cierto.
Y es que vivo dentro de una burbuja, un espacio que para bien o para mal aún no se ve del todo inmerso en la problemática que en materia de seguridad enfrentan otros estados del país: Jóvenes sin esperanza, traiciones, miles de muertos en las calles y en fosas olvidadas, pueblos fantasmas y a merced del olvido, carreteras solitarias en las que la tensión al cruzarse con otro auto es una constante, altares a la Santa Muerte levantados y destruidos, venganzas, padres preguntando por sus hijos desaparecidos. Todas estas amenazas invisibles en las que se prefiere no pensar, con la esperanza de que nunca nos veamos alcanzados por ellas.
Después de leer este libro, la perspectiva que se tiene sobre la situación actual de México cambia. El lector puede ir encontrando las conexiones que desde hace años tiene la clase política con el mundo del narcomenudeo, y como estos últimos se les salieron de control. Descubrí que en realidad las drogas son un negociazo, pero que de a poco estos grupos de criminales han ido ampliando su red de negocios, invadiéndolo todo.
El libro de Diego Enrique Osorno no es fácil de digerir, pero sí imprescindible para saber dónde estamos parados, y entender gran parte del entramado político, social y cultural que compone el México moderno.
Diego Enrique Osorno
La Guerra de los Zetas
Editorial Grijalbo
Diego Enrique Osorno (Monterrey, 1980), periodista y autor de los libros de crónica: Oaxaca sitiada, El cártel de Sinaloa, Nosotros somos los culpables, País de mis muertos y Un Vaquero cruza la frontera en silencio. En el 2011 ganó el Premio Latinoamericano de Periodismo sobre Drogas, y el Premio Internacional de Periodismo otorgado a raíz del 35 aniversario de la Revista Proceso. Ha publicado en medios como El Universal, Letras Libres, Milenio, Newsweek, Publimetro, Nexos, Etiqueta Negra, Gente, El Diario de Nueva York, y Vice, por citar algunos, Actualmente forma parte del grupo de reporteros de la revista Gatopardo.
