Paul Auster (1947) y J.M Coetzee (1940) publican su correspondencia en Aquí y Ahora. Cartas 2008-2011.
Indagar entre la correspondencia de los escritores resulta muy sano toda vez que las opiniones ahí vertidas mantienen un halo de intimidad que le regalan al lector alegres referencias (lecturas personales del autor por ejemplo) o bien, termina éste por decepcionarse de las opiniones (políticas por ejemplo) del escritor.
En ambos casos el lector y el escritor afianzan sus relaciones pues la obra se puede mirar bajo la luz de esas felices referencias o, en el segundo caso, el autor se desacraliza un tanto para dar paso, otra vez, a una mirada más honesta de la obra.
Paul Auster y J. M. Coetzee han tenido a bien publicar su correspondencia (que va del 2008 al 2011). Tal vez ustedes no estén relacionados con el primero (que escribió la famosa Trilogía de Nueva York y los guiones de Lulu on the bridge y La vida interior de Martin Frost) y tal vez tampoco con el segundo (que escribió Desgracia y ganó el Nobel de Literatura en 2003), pero una cosa es segura, no tienen que haber leído toda su obra para poder adentrarse en Aquí y ahora.
Este libro no tiene el sello just for fans, dado que su contenido no es sino una entretenida miscelánea de temas discutidos cordial e inteligentemente. El fútbol, su historia y su numeralia, la inocencia perdida y el incesto, la crisis económica, la poesía norteamericana o cómo nombrar a un personaje, son algunos de los temas ensayados por los talentosos escritores.
Coetzee, de inicio, parece siempre incrédulo en sus cartas y pregunta más que propone pero sus preguntas iluminan definitivamente el tema siempre que están formuladas desde un original punto de vista. Auster es un nostálgico irremediable, igual que en su obra en prosa, el recuerdo es aquello que desata el ensayo y que da pie a sus lúcidas reflexiones.
Se leen las cartas de Auster y Coetzee como se presencia una tertulia neoyorkina, de dos viejos de vigencia permanente pero que no pueden evitar mirar al pasado con cierta tristeza, como lo demuestran en sus opiniones de la literatura y la política actuales: en el 2009 Auster le escribía a Coetzee que “hay más poetas por centímetro cuadrado que nunca, más revistas de poesía, más libros de poemas […] y sin embargo, pese a toda esa actividad, poco se ha escrito de importancia”. Coetzee responde: “me da la sensación que ni escritores ni artistas consiguieron salir airosos del desafío que sufrió su rol protagonista y que ese fracaso nos ha hecho más pobres a todos”. Auster termina diciendo que su único “consuelo es que el arte sigue avanzando, a pesar de todo”.
Este intercambio de ideas resume muy bien la actitud del libro, aquí hay honesta e inteligente crítica cultural pero dado que son amigos los que dialogan en estas cartas y no eruditos en un coloquio, el análisis está lleno de un aroma de tristeza y de esperanza pero también de lo lúdico de la improvisación.
Honestidad, nostalgia, esperanza e improvisación, esas cosas que le hacen tanta falta al discurso actual.
Aquí y Ahora. Cartas 2008-2011
Paul Auster y J.M Coetzee
Anagrama y Mondadori
2012
