En la aprobada Ley de Seguridad Interior, entre otras linduras, se permite al presidente ordenar la intervención militar en zonas que se consideren “en conflicto”; se le otorga a las fuerzas armadas facultades de policía; se permite que éstas intervengan en protestas sociales (sólo las no pacíficas… obvio)… y hasta se les da chance de intervenir en áreas de inteligencia civil. Pese a todo esto (y ni hablar de la mala regulación de la fuerza y el despreocupado control de respeto a derechos humanos), no se puede señalar que se militarizará al país… ni lo mande dios.
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Luego de que la mentada ley fue avalada en la Cámara de Diputados, el secretario de Gobernación, Miguel Ángel Osorio Chong, salió a calmar a la temerosa ciudadanía y, sobre todo, a callar a los malpensados que ya sienten el poder de los militares sobre ello. No, cómo creen que eso lo permitiría el gobierno. Lo único que persigue la Ley de Seguridad Interior es “dar certeza a los ciudadanos a qué va un militar, un marino o policía federal en apoyo a los estados, como hoy está sucediendo”. En definitiva “no significa militarizar al país”.
Por otra parte, apuntó que la ley se realizó para confirmar que los efectivos del Ejército algún día regresarán a los cuarteles. ¿Cuándo? Pues quién sabe, pero mientras estén afuera, qué mejor que legitimar cualquier tipo de acción… por ejemplo allanar propiedades sin razón aparente, realizar detenciones arbitrarias o tener acceso a comunicaciones. “Hoy (se permite) que estén todo el tiempo, cuando lo que queremos es que ya regresen a sus cuarteles”.
Militarizar calles fue un fracaso y aún así el PRI pretende dar más poder al Ejército a través de la Ley de Seguridad Interior, alertan ONGs https://t.co/xdDRM91LdF pic.twitter.com/LU9AB4iyO0
— Sin Embargo MX (@SinEmbargoMX) 30 de noviembre de 2017
Quien escaló más su molestia ante las críticas y señalamientos de organizaciones como Amnistía Internacional o la Comisión Nacional de Derechos Humanos, fue el vocero de Presidencia, Eduardo Sánchez, quien calificó de “absurda” la teoría de militarización. Es más, agregó, si fuera tanto el poder que se le da a las fuerzas armadas, no hubieran procedido las 44 quejas por supuestas violaciones a los derechos humanos que se hicieron en contra del Ejército y Marina, sólo en 2016. “He escuchado muchas críticas diciendo que van a militarizar el país, de verdad eso es absurdo; lo menos que podemos hacer es que las fuerzas armadas tengan un marco normativo que les dé curso a su actuar”, señaló.