“Si la pobreza se ha incrementado es por el aumento de la población”… de ese nivel fueron las respuestas que la titular de la Secretaría de Desarrollo Social (Sedesol), Rosario Robles, ofreció a legisladores…
Por ello, no es de extrañar que de entrada varios miembros de la Comisión Permanente del Congreso hayan solicitado la renuncia de la ex jefa del gobierno capitalino… moción que fue más impulsada por sus ex compañeros del PRD. Pero bueno, como eso ni en sueños va a pasar, vamos a lo que se “discutió”.
Para comenzar, doña Chayito se blindó de toda crítica en su labor contra la pobreza, justificando que la política social no es exclusiva de la Sedesol… algo así como: si me quieren correr, corran también a los responsables de Hacienda, Salud y Desarrollo Urbano y Territorial… algo que seguro muchos harían con gusto.
Uno de los temas principales en discusión fueron los resultados del Consejo de Evaluación de las Políticas de Desarrollo Social (Coneval), que recientemente dio a conocer que durante la administración de Enrique Peña Nieto el número de gente en situación de pobreza aumentó 2 millones a su cifra, colocándose ahora en 55.3 millones. A esto Robles respondió:
“Esa presentación por parte del Coneval no era para denostar gobierno alguno, era para mejorar”. Además intentó ponerle algo de “lógica” al asunto: si el número de pobres se incrementó fue porque también creció la población del país.
Aunque tratando de maquillar las cifras de pobreza, al hacer mención de informes del Inegi en los que consta que el ingreso de algunas familias aumentó un fabuloso 0.1%… a final de cuentas la de la Sedesol defendió su labor de casi tres años al frente de las políticas sociales del país, sealando que quizás no se ha disminuido el número de pobres… pero al menos sí su intensidad de pobreza:
“Aun cuando el ingreso, que es donde tenemos el problema no de ahora, sino de las últimas décadas en México, no haya crecido, estos pobres no (tienen) la misma intensidad en su pobreza que hace 20 años”.
En fin, como ninguna respuesta parecía convencer a los legisladores, los cuales en toda oportunidad se le iban a la yugular, doña Chayo no pudo más que la-mentar mothers que los políticos quieran sacar raja de la gente pobre: “estamos hablando de mexicanos que viven en condición de pobreza extrema, que merecen ejercer plenamente sus derechos económicos y sociales que consagra nuestra constitución”, toda discusión sobre ellos no debería tener “tintes políticos y partidarios porque el reto es poner en marcha una visión de Estado”.