Viernes Santo, y ni el mismísimo Nostradamus pudo predecir un Apocalipsis como al que nos enfrentamos los mexicanos.
Y es que pareciera que ha llegado el momento de arrepentirnos de nuestros pecados, persignarnos y unirnos al grito de ‘¡Crucifiquenlos!, ¡Crucifiquenlos!‘ y no, no me refiero a Jesucristo ni a ningún otro santo, sino a los candidatos que hoy inician de manera oficial sus campañas y que cual Poncio Pilatos, seguramente se estarán lavando las manos un día si y otro también.
Si, 93 días nos separan de las elecciones más más grandes en la historia de México, en donde no sólo se elegirá un nuevo presidente, sino también otros 3,400 cargos, entre Alcaldes, Diputados, Senadores y Gobers Preciosos, lo cuál significa que en los próximos 93 días nos espera una diarrea de spots, promesas, declaraciones, y una infinidad de discusiones que muchas veces terminan por ser más destructivas que constructivas.
Es por ello que antes de que se arme el merequetengue, vale la pena repasar algunas lecciones que nos han dejado las elecciones, y por supuesto tenerlas presentes durante los próximos tres meses:
No todo son encuestas:
2 de Julio del 2012. Ciro Gomez Leyva, director editorial de Grupo Milenio se disculpa por haber difundido durante 100 días una encuesta “fallida” en la que durante más de tres meses, aseguraron que Enrique Peña Nieto ganaría la elección presidencial por un margen “de 18 a 20 puntos”. Al final, la diferencia fue menor a los 7 puntos, por lo que Ciro no tuvo de otra más que aceptar que “editorialmente no hay justificación que valga”, pero el daño estaba más que hecho.
Y retomo este ejemplo, porque estoy seguro que en los próximos días, semanas y meses nos encontraremos con un sin fin de encuestas que favorecerán a unos y desfavorecerán a otros y por supuesto que el problema no es la encuesta en si, sino el rigor y la metodología con la que son aplicadas. Y es que no nos hagamos, desde hace varios meses, hemos visto a medios sacar sus “encuestas” con una simple votación de Facebook o Twitter, lo cual no significa absolutamente nada, y por el contrario, lejos de informar, simplemente terminan abonando más al sospechosismo.
En este enlace, pueden encontrar la explicación que da la Asociación Mexicana de Agencias de Investigación de Mercado y Opinión Pública sobre los puntos que debemos observar al momento de encontrarnos con una encuesta, los cuáles básicamente son:
Verificar la metodología de la encuesta: Qué personas, cuántas personas, de qué perfiles y en qué zonas se recolectaron respuestas.
Cuál fue la técnica de recolección de datos, quién hizo y quién pagó por esa encuesta, fecha en la que se levantó la muestra, las preguntas y el orden en el que se hicieron, así como el margen de error muestra de los resultados.
Por último, no esta de más, recordar que tanto con el Brexit, como con las elecciones estadounidenses, TODAS las encuestas apuntaban hacia resultados distintos a los que se dieron, así que, démosle una justa dimensión a las encuestas, y no creamos que son el último testamento.
El elector que se convierte en evangelizador
Desgraciadamente, el inicio de campañas, también sirve para que algunos compas, se conviertan en una especie de evangelizadores que a la primera de cambio, insisten en venderte la idea de que “eres un pendejo”, si no votas por el candidato de su elección. La cosa, empeora cuando se trata de sobremesas familiares o cuando simplemente querías echar unas chelas con tus cuates y a tu compa le sale el malacopa electoral.
Y es que ¿por qué son así?
No olvidemos que cada persona tiene derecho a apoyar, votar (o no votar) por los partidos o candidatos que más les convenzan y de hecho ¡de eso se tratan las campañas! De escuchar, estar atentos, comparar propuestas, ideas, puntos de vista y entonces si, definir un voto informado y razonado.
Todos están mal menos yo
Ahora bien, si creían que su cuate, el evangelizador era un dolor de huevos cabeza, es porque no se han topado con el “todos son unos pendejos menos yo”. Es decir, aquel que se la pasa sermoneando a propios y extraños, pero sobre todo, publicando en su muro de Facebook (sin que nadie se lo pida, por supuesto) las razones de porque NO van a votar por tal o cual candidato. De nueva cuenta, cada cabeza y cada opinión es respetable, lo que no está chido es que piensen pasarse los próximos tres meses criticando, destruyendo, dividiendo, calumniando o noticias falsas.
El voto (in)útil
Y no pasará mucho tiempo antes de que nos empiecen a chantajear con el “no seas menso, si vas a vota por tal, mejor vota por cual, el voto útil, brother”, el cuál, de nueva cuenta debería remitirnos a un ¿voto útil para quién? Y es que a final del día, todos los votos, son útiles, por lo que no sean esa persona que al final, trata de convencer a unos o a otros, con el chantaje más desgastado de los últimos tiempos.
De chairos y otros adjetivos
En teoría, unas elecciones como las que afrontaremos el próximo 1 de Julio, deberían servir para plantearnos cuál es el país queremos. Desgraciadamente, lejos de ello, las elecciones se han vuelto un periodo en donde el simple hecho de pensar en el futuro se vuelve aterrador. Peor aún, las campañas, nos han vendido esta fantasía de que los partidos o candidatos son equipos de fútbol a los que se les debe de apoyar incondicionalmente, y que aquellos que “le van a otros equipos” merecen ser descalificados, humillados o hasta atacados.
Los únicos que se benefician de esta división y de esta gran cortina de humo que levantan nuestras diferencias, son los políticos, que pese a seguir en el poder, siguen sin dar la cara por las grandes denuncias y escándalos de los últimos años en donde la tónica no ha sido otra más que corrupción, desfalco, violaciones a derechos humanos y una infinita impunidad. ¿No valdría la pena que la exigencia fuera con los gobernantes y no con los otros ciudadanos que al final del día terminan padeciendo lo mismo que nosotros?
Si son de los que usan la palabra Chairos para descalificar a todos los que no piensan como ustedes, échenle un ojo a la definición oficial que le ha dado a esta palabra el Colegio de México.
La decisión es propia, la responsabilidad, también
Nos esperan tres meses intensos de debates, declaraciones, afirmaciones y descalificaciones. Tres meses donde habremos de hacer un esfuerzo extra para enfocarnos en las propuestas, y sobre todo de asegurarnos de que la información que consumamos, sea verídica, esté verificada y si es posible, contrastarla con otras fuentes.
Nadie tiene la verdad absoluta, y en estos casos siempre será mejor, sacar nuestra propia conclusión basados en una información responsable, que dejar que los periódicos que año con año reciben millones de pesos de publicidad gubernamental nos cuenten los “logros” o que el algoritmo de alguna red social, nos sorprenda con información falsa.
¡Felices elecciones! o debería decir ¿felices elecciones?