Esta es una de esas historias increíbles, pero que gracias a la tecnología se hacen realidad.
Fíjense que Kenneth Schmidgall, un trabajador de 26 años de una constructora, en San Diego, tenía un iPhone (como algunos de nosotros) y era muy feliz con él, pero un día le sucedió lo terrible (como a algunos de nosotros) SE LO ROBARON.
El pasado 28 de diciembre fue a un concierto de reggae y ahí un amante de lo ajeno dijo: “presta pa’ la orquesta” y se lo apañó.
La desesperación le llegó y por dos días estuvo marque, marque, marque… y nada. Hasta que un amigo suyo (Greg Torkelson) le enseñó una aplicación para poder rastrearlo. Se trata de la app “Find my iPhone”, la cual, mediante GPS localiza la ubicación del celular. (Algunos de nosotros también la usamos inmediatamente cuando -ayer- nos bolsearon el iPhone).
Qué suerte tienen unos, caray…
Pasaron horas tratando de dar con el teléfono hasta que la señal los llevó a un hombre que andaba en bicicleta. Lo siguieron y la señal se detenía cada vez que el señor en la bicicleta hacía lo mismo. Con ello supieron quién tenía el celular.
La señal del celular los llevó hasta Torrey Pines State Reserve, donde con una handycam grabaron el momento en que Kenneth Schmidgall hizo justicia con sus propias manos. Le dio una paliza al otro hombre… acá tienen el video:
Con algunos golpes y cortadas en la boca, pero con su iPhone de vuelta.
¿Por qué eso no le pasa a algunos de nosotros? digo… lo de recuperar su teléfono celular.