Si alguien te hace algo malo, tú quieres hacerle algo malo a esa persona. Es así como estamos diseñados, no hay nada de malo en ello. Muchas veces ese deseo de venganza te lleva a cometer actos demasiado desproporcionados.
Hablemos de esas venganzas.
- El Rey del Spam es spameado
¿Han escuchado de Alan Ralsky? Seguro no, pero en algún momento de la antigüedad (2003) fue considerado como el Rey del Correo Spam, él había construido un imperio a base de este mal, pues podía mandar millones de correos basura que le generaban muchísimo dinero.
Cuando un periódico encontró su mansión y publicó fotografías de la misma, la gente no tardó en encontrar la dirección exacta y publicarla en internet para que todos le enviaran cartas basura al muchacho. El pobre recibía kilos y kilos de spam a la puerta de su casa.
No se preocupen por él, ya no le llegan, principalmente porque en 2009 fue condenado a 24 años de prisión por fraude.
- Me rompes la guitarra, te rompo tu aerolínea
Entonces un día un músico llamado Dave Carroll iba de gira con su banda Sons of Maxwell, volaban con United Airlines, de pronto, el caos se hizo presente. La aerolínea rompió su guitarra Taylor de 3 mil 500 dólares.
Después de meses de negociación, se negaron a pagar el daño y Dave no lo soportó; compuso una rola llamada United Breaks Guitars.
A sólo 4 días de haber publicado la canción, las acciones de la aerolínea bajaron 10% causándoles pérdidas de unos 180 millones de dólares.
- Nunca engañes a un tatuador
Había una vez un tatuador en Ohio llamado Ryan Fitzgerald, tenía una novia llamada Rossie Brovent, pero oh-oh, ella lo engañaba con su mejor amigo.
Ella siempre había querido un tatuaje gigante en su espalda con alguna escena de Narnia y claro que Ryan era el indicado para la tarea, sin embargo, el muchacho se enteró de que estaba siendo engañado poco antes de comenzar el trabajo.
El resultado es el tatuaje de popó que vemos en la imagen, ella intentó demandar, pero el astuto muchacho la hizo firmar un papel que decía que el diseño era “decisión del artista”.
- Samurais: Maestros de la venganza
Un montón de samurais tienen que vengar la muerte de su maestro, pero la manera en que lo hicieron es como para que alguien (no Keanu Reeves) les haga una película.
El sujeto que tenían que matar sabía que los Samurais irían tras él, entonces los mantuvo en constante vigilancia, para esto, los vengadores sabían que debían aparentar estar desbandados y sin ningún plan. Paseaban borrachos por ahí y dormían en la calle.
Cuando la vigilancia sobre ellos cesó, inmediatamente fueron al palacio del sujeto que debía morir y lo rodearon, cuando le dieron la oportunidad de tomar su propia vida y no lo hizo, lo decapitaron. Llevaron su cabeza hasta la tumba de su maestro y 46 de ellos se suicidaron en el lugar. No se sabe qué pasó con el otro.
- El dentista héroe de acción
Benjamin L. Salomon fue un dentista en la Segunda Guerra Mundial, él se dedicaba solamente a que los soldados tuvieran una boca sana. Todo iba de maravilla para Benjamin.
De pronto, un día un montón de soldados japoneses entraron al edificio donde él estaba y eso lo hizo enojar. Estaba muy enojado con los japoneses y no iba a dejar que se fueran sin saberlo.
En cuanto los soldados enemigos llegaron a su consultorio, le disparó a dos de ellos, le clavó un cuchillo a otro y knockeó a golpes a un cuarto, le pidió a sus amigos heridos que salieran del edificio y los cubrió con una metralleta mientras olas y olas de soldados japoneses entraban. Un solo dentista contra un pelotón enemigo.
Al día siguiente, cuando regresaron a ver qué había pasado con el dentista, tristemente lo encontraron muerto con 76 heridas de bala, pero también encontraron a 98 soldados japoneses muertos a su alrededor. ¿Rambo qué?