Uno de los aspectos más interesantes del Festival Internacional de Cine de Morelia en cada una de sus ediciones es su Selección Oficial, sobre todo en el caso de la Sección de Largometraje Mexicano, y este año no es la excepción.
Aunque todavía no hemos visto todas las cintas mexicanas que forman parte de la competencia oficial del festival, a estas alturas ya es fácil comenzar a hablar sobre las más sobresalientes que se han presentado hasta ahora y, sin duda, una de ellas es Las oscuras primaveras.
La nueva película del director Ernesto Contreras, a quien muchos ubicamos por Párpados azules y Seguir siendo (sí, el documental de Café Tacvba), es una historia directa que aborda temas como el deseo, la soledad, la frustración, la cotidianidad, la tentación, el amor, las relaciones personales y la culpa de una forma muy honesta, mostrando el día a día de cuatro personajes que simplemente tratan de continuar con sus vidas de la mejor manera posible mientras lidian con sus propios demonios.
Pina es una madre soltera que hace todo lo que puede para sacar adelante a su pequeño hijo, Lorenzo, pero se siente muy sola y a veces se desespera debido a las actitudes del niño hacia ella, la falta de dinero y a su necesidad de sentirse deseada. Todo cambia para Pina a partir de que comienza a tener una serie de encuentros con Igor, un hombre casado que está insatisfecho con su matrimonio y que no tiene una idea muy clara del rumbo que toma su vida.
Igor y Pina toman varias decisiones cuestionables hasta cierto punto, tratando de encontrar la libertad que no tienen de hacer lo que realmente quieren y de poder satisfacer sus necesidades, así como el gran deseo físico que sienten mutuamente. El problema es que las decisiones de estos dos personajes tienen consecuencias que no sólo les afectan a ellos, sino también a quienes son muy cercanos a ellos.
Las oscuras primaveras es una película que cuenta con una buena dirección a partir de un guion escrito por Carlos Contreras, hermano del director. Las actuaciones son más que cumplidoras y queda claro que la elección del elenco fue muy atinada. Otro par de puntos a favor de esta cinta son su excelente banda sonora, la cual funciona a la perfección para complementar cada escena y para transmitir el sentimiento de lo que sucede en la pantalla, así como su cuidada fotografía, misma que es fundamental en cada escena y que particularmente sobresale en las que incluyen desnudos.
Al momento de escribir el guion, se tenía la intención de contar una historia acerca del conflicto que existe entre instintos, naturaleza, moral y el amor. Al final, como seres vivos, se mueven cosas y no sabemos cómo vamos a reaccionar. Se trata de un retrato de un tipo de relación entre personas, pero desde un punto de vista distinto, y la premisa de la película es que a veces ni el amor es más fuerte que nuestros instintos y en ocasiones sólo nos dejamos llevar por ellos sin pensar mucho en nada más. También se hace una reflexión interesante sobre la manera en la que hoy en día manejamos nuestras relaciones, sobre eso a lo que llamamos amor.
El buen resultado obtenido con este filme no hubiera sido posible sin las actuaciones de José María Yazpik, Irene Azuela y Cecilia Suárez en los papeles principales. Los personajes son mucho más cotidianos de lo que parecen y a pesar de que tienen sus particularidades, al final son muy parecidos a nosotros en muchas cosas.
Si no alcanzaron a ver Las oscuras primaveras en Morelia, no se preocupen, pues esta cinta mexicana se estrenará comercialmente en cines durante enero del siguiente año.