Todo tiene un fin. Nada es para siempre. Éstas son las frases que más escuchamos cuando algo se termina, elaboradas a manera de resignación por quien las profiere. En el caso de la desintegración o desaparición de una banda el trago resulta un tanto más amargo.

Sobre todo si se trata de Pink Floyd, una banda que tiene sus canciones y letras arraigadas en la vida de millones de personas en el mundo. Con el reciente lanzamiento de The Endless River, el grupo ha puesto fin a una carrera que abarcó cinco décadas y 15 discos de estudio.

Así que pensamos que en cada álbum, con el último track, Pink Floyd se despide de nosotros, ya sea anunciando una nueva etapa de transición o como una caída de telón en una obra que disfrutamos de principio a fin, y aquí nos dimos a la tarea de seleccionar las mejores de ellas:

Bike

Con ésta cierra The Piper At the Gates of Dawn. Un tema verdaderamente esquizoide y demente, que de alguna manera anunciaba el incipiente abandono mental de su líder y compositor, Syd Barrett, quien sucumbiría ante los excesos de las drogas psicodélicas, plasmados en esta loca imaginería inspirada por la novia de Syd, Jenny Spires.

Jugband Blues

La despedida de Syd, su única composición del disco A Saucerful of Secrets en el que ya es notorio su estado esquizofrénico, pero también en ciertos momentos de lucidez, aprovecha para burlarse y criticar a las personas que están a su alrededor, en este caso, los otros miembros de Pink Floyd, de quienes ya se sentía muy desapegado en esta época. Es el adiós del Diamante Loco en su viaje hacia la tierra de Nunca Jamás.

The Grand Vizier’s Garden Party

Tema del disco , compuesto en su totalidad por el baterista Nick Mason, quien ejecuta todos los instrumentos en los tres segmentos de la canción, excepto la flauta que es ejecutada por su entonces esposa, Lindy Mason. Una prueba de que Nick no era sólo el tipo postrado detrás de los tambores, sino que también tenía estos grandes estallidos artísticos.

Alan’s Psychedelic Breakfast

Otra composición de Nick Mason que después se atribuyó a todo el grupo. En esta ocasión el grupo puso a su roadie, Alan Styles a platicar sobre el desayuno que se le escucha preparar y devorar, a la vez que comenta sobre las cosas que le gusta comer por la mañana. Dentro de la larga pieza se le escucha masticar, tragar, deglutir, abrir alacenas, preparar alimentos y hasta lavar los trastes, todo acompañado por la música de Pink Floyd que cierran el Atom Heart Mother con un comienzo de día y su respectivo desayuno.

Echoes

Quizás una de las más grandes piezas de Pink Floyd. Y lo decimos literalmente, pues llega a la marca de los 23:29, mucho más larga que la hasta entonces eterna “In-A-Gadda-Da-Vida” de Iron Butterfly con sus 17 minutos (aunque ya lo habían hecho con la suite de “Atom Heart Mother” que llegó a los 23:44). “Echoes” es una canción que marca la transición de Pink Floyd a los álbumes conceptuales, es como un ensayo de lo que plasmarán posteriormente. Un alucine de paisajes submarinos y cavernas de oscuridad. La versión del concierto de Pompeya es soberbia.

Eclipse

El maravilloso clímax de un álbum no menos fantástico, Dark Side of the Moon. Gran forma de cerrar un disco que versa sobre las vicisitiudes de la vida moderna, con un mensaje esperanzador y también de honestidad brutal en forma simbólica, cuando afirman que todo lo que existe bajo el sol está en armonía, pero a veces el sol es eclipsado por la luna. La gran batalla de los opuestos plasmada en apenas 2 minutos.

Shine On You Crazy Diamond Parts VI – IX

En realidad este tema junto a las partes I – V forman una sola canción que originalmente volvería a ocupar toda una cara (porque en la prehistoria de la música los discos tenían “lados”, A y B) del álbum. Sin embargo, decidieron separarla en dos grandes bloques a manera de reprise del tema inicial, que a lo largo del disco nos va narrando el sentimiento de la banda que se hallaba “fuera” de sus cuerpos físicos, alienada de sí misma, y el shock que les representó reencontrarse con su viejo líder Syd Barrett completamente cambiado en su aspecto y mentalmente ausente, ambas situaciones inspirando el título y concepto de Wish You Were Here.

Pigs In the Wing Part 2

Otra canción dividida en dos, antes de que Roger Waters se amargara completamente, estaba muy enamorado de su nueva esposa Carolyne Christie, quien resultó ser la única persona al nivel intelectual de Waters y quien pudo soportarlo tanto como para casarse con él. Así que éste es un tema de amor, quizás el último que haría, entre los otros tres rabiosos del Animals.

Outside the Wall

Luego de toda la serie de predicamentos y torturas a los que Roger Waters somete al protagonista del sádico álbum The Wall (la construcción de un muro “mental” que aísla al individuo confinándolo a vivir en su propio mundo y en consecuencia encerrado con sus terrores), tras la caída de esta muralla, de nuevo aparece una moraleja de la que aprendemos que el individuo no puede vivir aislado en la sociedad moderna, y que las barreras que nos impone la misma aparecerán de manera cíclica, así que habrá que estar listo para las que vendrán y derribarlas o sucumbir ante ellas.

Two Suns in the Sunset

El fin del sueño de la post-guerra concebido por Roger Waters en The Final Cut, despide a su fuerza creativa con este tema que hace alusión a las bombas atómicas de Nagasaki e Hiroshima. Aunque de manera involuntaria, también daría cuenta de la división de poderes en Pink Floyd, al emprender Waters su etapa solista y Gilmour, Mason y Wright continuar con la banda (cosa que los enfrascó en una larga batalla por los derechos del nombre). Ahora había dos soles iluminando el horizonte con el legado de Pink Floyd.

Sorrow

La última del comienzo de la nueva era comandada por David Gilmour, quien a pesar de no ser el mejor letrista ni el gran amo de las obras conceptuales, hizo un gran trabajo echando mano del poder de la música para enmarcar este poema musicalizado magistralmente en el álbum A Momentary Lapse of Reason. Tony Levin (Peter Gabriel, King Crimson), ahí nada más, reemplaza al ausente Roger Waters al bajo.

High Hopes

Una de las mejores canciones de Pink Floyd, aunque muchos hayan detestado The Division Bell. Aparecido en 1994, el mundo estaba muy ocupado con el Grunge y el Britpop, Pink Floyd parecía irrelevante entonces, una “fuerza gastada” como alguna vez describió Roger Waters. Sin embargo, esta canción es el gran ejemplo de la magia que el grupo aún conservaba y podía ofrecer. Con esta gira los pudimos ver en México por primera vez en la historia, en abril de 1994. En la letra de este tema está contenido el título del que sería su último álbum.

Louder Than Words

El canto del cisne, la despedida de una longeva carrera llena de altibajos, cosechando más éxitos que derrotas. Recordando al fallecido Richard Wright, parte indispensable del sonido y desarrollo de Pink Floyd, el grupo se despide de una forma honorable, caballerosa, haciendo patente el legado que dejan y su lugar en el mundo de la música contemporánea, el cual es mucho más elocuente que cualquier cosa que uno pudiera decir o escribir sobre él.

FB: IvanNieblas

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