El día de hoy, Emma Watson, embajadora de la campaña HeForShe de la ONU para la equidad de género, aprovecho el Día Internacional de la Mujer para entrar en contacto con todos sus fans (y los fans de las Naciones Unidas y de la campaña, por supuesto) a través de Facebook en una transmisión especial televisada.
La plática fue un poco larga, pero realmente interesante. Aunque Watson sea continuamente señalada por la simplicidad de sus conceptos y por no construir argumentos monumentales a la Judith Butler, lo cierto es que logra al menos dos cosas excepcionales: 1) poner el tema en la mesa (en las más diversas mesas, desde la de los preparatorianos obsesionados con ella hasta la de los universitarios obsesionados con las teorías de la sospecha, psicoanálisis, estructuralismo and stuff) y 2) mantener el tema en la mesa, lo que es todavía más difícil.
El día de hoy, la señorita Watson habló con sencillez y honestidad. Tiempos vendrán en que se pueda ser quisquilloso en televisión sin perder raiting, y si eso pasa, será gracias a los esfuerzos pioneros de Emma (naturalmente, no es la primera en hablar de feminismo, pero sí la primera en lograr una tormenta internacional en Facebook sobre el tema… Dios sabe cuán necesario era).
Acá te dejamos algunas de las frases más remarcables de Emma Watson durante la charla y, por supuesto, la emisión completa dividida en cuatro partes:
“Si crees en la igualdad eres feminista”. Ok, antes de que salten de sus asientos, Watson usó la palabra igualdad en el sentido correcto y en un contexto interesante, al tratar de dejar claro que el feminismo no es, y no tiene que ser, un tema tan complicado como para darte un dolor de cabeza, ni un conocimiento iniciático que unos pocos universitarios poseen celosamente.
“La (des)igualdad de sexo nos afecta a todos y va hasta los campos más ricos y glamuroso que conocemos”. Constantemente se asocia la actitud crítica con las clases vulnerables. Por supuesto, está relacionada, pero no es como si protestar y exigir igualdad fuera el monopolio de las clases oprimidas.
Cuando, al ganar el premio Oscar, Patricia Arquette pidió igualdad de derechos para las mujeres frente a sus colegas hombres tanto dentro de la industria cinematográfica como fuera de ella, un montón de gente reaccionó diciendo “hey, ¿y tú qué sabes, si eres blanca, famosa y rica?”. Los que decían eso caían en un error doble: por un lado, asumían que aquellas eran características negativas, por estar asociadas a las de grupos opresores y, por otro lado, juzgaban un argumento por quién lo decía y no por sí mismo. Por Dios, quien no ve que lo que Arquette decía no sólo es racional sino urgente y necesario, tiene un serio problema de “contrerismo”.
Por último, sobra decir que los problemas de desigualdad de género (y muchos más asociados, como la violencia) no son propios de las clases desprotegidas.
“No se trata de hombres salvando a las mujeres”. Naturalmente, la ONU no busca hacer que “el equipo de los hombres” deje de usar sus ventajas de género en contra del “equipo de las mujeres”. Lo que busca es el reconocimiento total de que pensar justamente en esos términos es lo que está mal. Muy mal.
“Ser capaz de expresarte […] es lo que te hace humano”. Emma no pudo caer en un lugar mejor para hablar de la construcción de lo humano a través de la expresión que el feminismo y la teoría de género. En efecto, uno de los grandes pilares de todo el asunto es la idea básica de que uno se construye a sí mismo y que tenemos el derecho pleno de proyectar esa construcción hacia afuera, el derecho a expresarla hacia los otros.
Uno de los puntos centrales de la actriz es que los hombres están tan atados de las manos como las mujeres por los valores machistas. Sufren la imposición de una identidad. “Estoy muy preocupada por la idea de que los hombres no pueden llorar […] Es una locura. Es lo que te hace humano, cómo te sientes, cómo te expresas “.
“No permitas que nadie te diga qué puedes hacer y qué no”. Mientas las mujeres, los hombres (y todos los que han tenido la imaginación y la creatividad suficiente como para saber que éstas no son la únicas dos opciones en el mundo) no logren hacer frente a esas voces externas que les dictan quiénes son, no podrán hacerse cargo de su propia vida ni de su propia identidad. Así de sencillo.
“Atrévete a cuestionar”. Y, por supuesto, el hacer frente a esas voces comienza con una idea sencilla y poderosa: ¿y si nada de esto ha de ser necesariamente así?
Cuando Emma dio su primer discurso como embajadora de HeForShe en la ONU, fue amenazada por algún anónimo con que fotos de ella desnuda serían publicada. Sobre el asunto, ella opina “en todo caso, me hizo más decidida”. Y es que, últimamente tiene mucho más en mente a aquellos hombres que estaban dudosos del feminismo y que gracias a aquel discurso entraron a esta gran conversación, que a esos otros que reaccionan bajo los mismos consabidos y aburridos esquemas de siempre.