Y ahora, en nuestra sección “Fijate Paty…” edición futbolera, una noticia que la verdad es un mero chisme, pero pues está vaciladora. Para nadie es un secreto que Pep Guardiola y Lionel Messi no llevaban la mejor relación cuando estuvieron juntos en el Barcelona. Pues ya sabemos que su enemistad nació por un chesco.
Esto lo comentó el sueco Hans Backe, ex entrenador de los Red Bulls de Nueva York, quien dijo que previo a un juego de la temporada 2008-2009, Messi interrumpió la charla que Guardiola daba en el vestidor para pedir un refresco que se le había antojado, pero Guardiola le prohibió hacerlo y le dijo que antes de los partidos no podían tomarse ese tipo de bebidas.
A Messi la instrucción de su entrenador le valió, se paró por el dichoso refresco y se lo bebió frente a sus compañeros (y no les convidó). De acuerdo a las declaraciones que dio Backe en una entrevista televisiva, el buen Pep no dijo nada debido al peso que Messi tiene en el equipo.
“Era una batalla que Guardiola no podía ganar”, dijo Backe, quien aprovechó para decir que no le importa si lo demandan por andar de chismoso haber contado esta anécdota: “Tengo una larga lista de abogados detrás de mí, no me importaría que me denuncien”.
A partir de que Messi retó la autoridad de Pep al tomarse el refresco, la relación entre ambos comenzó a desgastarse.
¿Será?
A nosotros sólo una duda nos carcome el alma ¿el refresco que agarró Messi habrá sido el que lo patrocina o uno de la competencia? No sería la primera vez que “La Pulga” se mete en líos por culpa de las colas.