Si hay un grupo increíblemente creativo en el mundo es el del crimen, y es que se han valido de estratagemas que rayan en lo inverosímil, el último caso es el del cártel de Sinaloa y sus maravillosos plátanos y pepinos (sin albur).
Fue el jefe de la Agencia de Investigación Criminal (AIC) de la PGR, Tomás Zerón de Lucio, quien dio a conocer que durante el operativo en Cuiliacán (el cual siguen en desarrollo) no sólo detuvieron a dos de los más importantes operadores del cártel de Sinaloa, sino que descubrieron nuevas formas de traficar droga: pepinos y plátanos. Así es, no sólo tienen un nuevo y llamativo estuche para guardar sus chuchulucos, también tienen un sistema de escape de túneles que conectan bañeras con el drenaje de agua fluvial de la capital sinaloense.
Según La Jornada, el jefe de la AIC, Rodrigo Archundia, expresó que no podía revelar información pues los objetivos de la operación son Joaquín, el El Chapo, Guzmán e Ismael, El Mayo, Zambada, líderes del cártel de Sinaloa.
En este operativo se logró decomisar casi 3 mil kilos de diversas drogas, entre cocaína, mariguana y drogas sintéticas.
Los pepinos de la felicidad
En el operativo se dieron cuenta de que para traficar droga, el cártel metía cocaína en plátanos y marihuana en pepinos y simulaban que estaban transportando frutas y verduras. Además, otra cosa que les llamó la atención es el sofisticado mecanismo debajo de las bañeras para utilizarlas como salidas de emergencia.
Y como en los medios se pone «narco» antes de todo cuando se trata del crimen organizado, ahora les llamaremos «los narcoplátanos» y los «narcopepinos». Pues bueno, el gobierno decomisó 156 narcoplátanos y 115 narcopepinos, los cuales eran llevados a sus narcodestinos en narcocamiones. Esta narcodecomisión podría haber evitado que cientos de narcopepinos terminaran en las manos de narconiños inocentes.