En 1939 Albert Einstein, escribió una carta a Roosevelt. Un grupo de investigadores judío habían logrado convencerlo de que los alemanes tenían un proyecto para desarrollar bombas de fisión nuclear.
Einstein, un pacifista, comentó muchos años depués que jamás debió de haber redactado aquella carta. La advertencia del más grande científico del siglo veinte al presidente norteamericano puso en marcha el Proyecto Manhattan. Neils Bohr y Robert Oppenheimer serían los físicos detrás del desarrollo de la primera bomba nuclear de la historia.
Pocos fueron los que supieron del proyecto, hasta que un par de bombas destruyeron las ciudades de Hiroshima y Nagasaki.
Los tiempos, sin embargo, han cambiado. Los editores de Science y Nature han decidido hacer publica la censura del gobierno Norteamericano para la publicación de un par de articulos muy controversiales.
Dos laboratorios han hallado la forma de convertir el virus aviar H5N1 en un agente pandémico mortífero. El H5N1 es el virus de la gripe más letal que se conoce con más del 59% de efectividad en aves y humanos, en los últimos años ha matado a más de trescientas personas.
El virus, sin embargo, no lograba transmitirse de una persona a otra, su contagio se debía a la exposición continua de seres humanos con aves enfermas o al consumo de carne infectada lo que reducía el número de casos en humanos.
Eso era hasta hace unos días. Según información filtrada por las revistas, los laboratorios realizaron con exito modificaciones al virus para que logre transmitirse entre personas, por lo pronto al menos entre hurones, cuya respuesta a la gripe es casi idéntica a la nuestra. Convirtiendo al virus alterado en la más peligrosa arma biológica de la historia.
La clave de la investigación, son cinco mutaciones, o cambios de letra en un gen del virus, que de momento solo conoce una docena de personas. Las cinco letras más peligrosas de la historia, dicen los editores.
Las preguntas que se plantean Science y Nature, tras la censura para que publicarán los resultados de las investigaciones, obedecen a la lógica: ¿quién tiene el derecho a conocer la información?
El grupo de científicos que asesora al Gobierno norteamericano sobre bioseguridad, NSABB: National Science Advisory Board for Biosecurity, recomendó en diciembre censurar los dos trabajos.
“El H5N1 modificado tiene las características del arma biológica final que ni la ciencia ficción había contemplado… no publiquemos los planos para crear semejante organismo”, ha dicho la NSAAB a las revistas en este debate que ya ha motivado un par de comentarios en publicaciones mucho más influyentes en Washington como The New York Times:
El virus creado en Rotterdam debe ser destruido y que estas investigaciones no solo no deben publicarse, sino que nunca debieron hacerse
Pero los laboratorios implicados en las investigaciones también han emitido su opinión en esta controversia.
Hiru Kawaoka, el jefe de uno de ellos con sede en Wisconsin, admite que los virus modificados plantean riesgos, pero también advirtió que algunas de las cinco letras secretas ya se han detectado a veces en los virus naturales:
“Los virus de la gripe mutan continuamente y pueden causar pandemias con mucha pérdida de vidas, sería irresponsable no estudiar los mecanismos que subyacen a ello… saber qué mutaciones hacen al virus transmisible entre humanos es una información muy valiosa y la información no es mala ni buena, la información debe ser publica”.
“La energía nuclear no era buena ni mala, fue el uso que le dieron los hombres lo que marcó la diferencia”
