Tres hábiles ladrones en Bukit Mertajam, Malasia se robaron cuatro vacas y las metieron ¿por qué no? en la cajuela de su coche.
Después de dopar a los vacunos animales, pensaron: “Todo cabe en un jarrito sabiéndolo acomodar” (en malayo) y desafiando las leyes de la física, lograron meter cuatro vacas en la cajuela de un auto.
Teniendo ya todo bajo control emprendieron la huida. Dos de ellos escaparon en una moto y el tercero conducía el vehículo con los cuerpos del delito pero únicamente logró recorrer 15 km antes de descomponerse por el peso excesivo de los ocupantes (el amortiguador dijo nel, bájense).
Viendo que no podían trasladar a las vacas por la carretera, los perversos criminales escaparon y abandonaron el coche con todo y reses.
Tal vez sólo iban de vaca-ciones.