Gracias al informe presentado por el  Grupo Interdisciplinario de Expertos Independientes (GIEI), quienes durante meses han estudiado y realizado diversos peritajes alrededor del caso de los 43 normalistas, encontramos la certeza científica que descarta la “versión oficial” ofrecida por el entonces procurador Jesus Murillo Karam sobre lo ocurrido el 26 de septiembre del año pasado, una versión que se nos repitió hasta el cansancio que se trataba de  la ‘verdad histórica’ construida por nuestras autoridades.

A raíz de estas conclusiones, es imposible no preguntarnos ¿en manos de quién estamos?

Desde aquella conferencia de prensa ofrecida, en la que Murillo Karam pretendía convencernos de su “verdad histórica” fueron muchos los señalamientos y cuestionamientos en torno al proceso que se siguió en toda la investigación.   Hoy que el informe del GIEI ha comprobado científicamente que la investigación liderada por Murillo Karam es insostenible  ¿se investigará y castigará por negligencia al exprocurador y todo su equipo?

¿Con qué interés se trató de crear y convencer a la sociedad sobre una “verdad histórica”  que nunca aceptó señalamientos ni cuestionamientos?

Cuando el Presidente Peña Nieto se reunió con los familiares de los desaparecidos de Ayotzinapa, prometió una investigación profunda, sin escatimar esfuerzos para esclarecer lo ocurrido  ¿Esto es lo mejor que pueden hacer nuestras autoridades?  ¿Por qué nunca se detectaron tantas deficiencias en la investigación?  ¿O se detectaron, pero para salir del paso prefirieron hacerse de la vista gorda?

¿Por que mentir no sólo a los padres de 43 muchachos desaparecidos, sino a todo un país que desde hace años vive una crisis en temas de Derechos Humanos?

El nivel de violencia con el que la policía y el ejército atacaron a los normalistas, sumado al recientemente descubrimiento de los nueve puntos desde donde se atacó a los estudiantes la noche del 26 de Septiembre,  sólo deja ver que detrás de toda esta tragedia hubo una gran estrategia de ataque pero ¿Por qué atacarlos de maneras tan sangrientas? ¿Quién dio estas órdenes? Más allá de José Luis Abarca Velázquez, el entonces alcalde de Iguala y su esposa María de los Ángeles Pineda, ¿Cuál es la cadena de mando que siguieron los operadores involucrados en la desaparición de los estudiantes?

Los padres de los normalistas exigieron el día de hoy, después de recibir el informe del GEIE, que Peña Nieto los reciba en Los Pinos el día 10 de este mes, pero ¿Qué podría prometer el presidente que no haya dicho antes?

Uno de los puntos más preocupantes y que nos afecta a todos los mexicanos es  ¿Cómo confiar en el gobierno que nos representa cuando vemos que hasta en los más altos niveles de poder se aceptó y difundió una “verdad” fabricada?  Tanto el Procurador General de la República como el Secretario de Gobernación e inclusive la misma presidencia aceptaron y respaldaron esta dicha “verdad”, lo cuál los hace cómplices y responsables de la impunidad que gobierna nuestro país.

¿Habrá otro decálogo vacío por parte del Presidente?

Todo esto sólo muestra la corresponsabilidad de las autoridades en una tragedia que esta por cumplir un año y sigue sin resolver las mismas interrogantes:  Fue el Estado.

Aquí les compartimos el informe completo realizado por el por el Grupo Interdisciplinario de Expertos Independientes (GIEI), designado por la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH).  Léanlo completo, y saquen sus propias conclusiones pero no permitamos que estos sucesos nos pasen de corrido…

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