Aunque los medios siguen asociando al crimen organizado mayoritariamente con el narcotráfico, es urgente comprender que la venta de drogas no es la principal fuente de ingresos de ningún cártel, exceptuando el de Sinaloa. En el caso de los Caballeros Templarios, existen dos negocios, aparentemente legales, que representan ganancias exorbitantes para el grupo: la venta de hierro a China y la producción y exportación de aguacate.
El 80% del guacamole que los estadounidenses consumieron durante este Super Bowl fue preparado con aguacates de Tancítaro, Michoacán. De hecho, 4 de cada 5 aguacates que entran a la Unión Americana provienen de esta región mexicana, abrumada por el control absoluto de los Caballeros Templarios, única avalada por el Departamento de Agricultura Estadounidense para la importación del producto.
En un reportaje reciente para The Wall Street Journal, el periodista José Córdoba comparó al aguacate con los llamados “diamantes de sangre” africanos, por el costo de vidas y las condiciones la tortura y extorsión que implican su producción.
Según José Ayala, funcionario local de agricultura, Tancítaro produjo en 2013 unas 157 mil toneladas más que cualquier otra región de mundo. Aunque la producción va en aumento, los productores han disminuido. Decenas de familias han decidido dejar su tierra para huir de la extorsión del cártel.
A su vez, los precios han subido de manera dramática. En Estados Unidos, el aumento ha sido de 22% en tan solo un año. En México, cuando en diciembre era posible conseguirlo a 18 pesos el kilo, ahora se vende a 45. Aunque Ildefonso Guajardo, secretario de Economía, afirmó que el aumento se debe a fluctuaciones en la oferta y la demanda, los productores afirman otra cosa.
En Milenio, Bárbara Anderson transcribió su conversación con un empresario Michoacano:
“Nunca ha sido más fácil producir aguacate y nunca ha sido más difícil que llegue al mercado -dice el productor- No sabemos si el cobro de piso, por tonelada producida, por cajón vendido seguirá. Hay una especie de tregua porque los que cobran de pronto se desaparecieron por la presencia de autodefensas y fuerzas federales. No sabemos si regresarán o si alguien los va a reemplazar”.
El caso, no obstante, no ha sido el mismo para todos, y las extorsiones en la zona continúan. El aumento en el precio debido a la falta de competencia, sumado a la fluctuación azarosa del peso debida al recorte de apoyos a las inversiones por parte de la reserva estadounidense, seguirán beneficiando a los Templarios mientras la zona no sea liberada.
Por su parte, Enrique Peña Nieto visitará Morelia este martes para hacer anuncios sobre la estrategia que seguirá para concretar por fin la liberación de la zona. Quizá quepa esperar que su administración prohíba la portación, venta y consumo de aguacate: en efecto, parece que el gobierno federal ha hecho más por descalificar moral y legalmente los productos del crimen organizado que por desmantelar las redes de extorsión y violación de derechos humanos que rodean su comercialización.
Esperemos, entre tanto, que al presidente no se le atore el guacamole que le servirán en su visita al estado…