La noche del 4 de noviembre de 2008, Estados Unidos vivió una sorpresa: Barack Hussein Obama, hijo de padre keniano y madre estadounidense, fue elegido el presidente número 44 del su país. Obama, quien hasta ese entonces era un político relativamente desconocido para muchos (su experiencia se remontaba a tres años como senador por el estado de Illinois), saltó a la presidencia del país más importante. Además lo hizo en medio de una de las crisis financieras más terribles de las últimas décadas.

Barack Obama en su campaña presidencial en el 2008. Foto: Getty Images

Ocho años después, Obama deja el gobierno en manos de Donald Trump, quien asumirá la presidencia este viernes. Por ello, hoy vale la pena recordar lo que sucedió durante el gobierno de Obama, tanto en Estados Unidos como en el resto del mundo: lo bueno, lo malo y lo controvertido.

Lo bueno

Economía

Cuando Barack Obama asumió la presidencia de Estados Unidos en enero de 2009, Estados Unidos acababa de entrar a lo que hoy se conoce como “La gran recesión”, la peor crisis económica desde la Segunda guerra mundial. La recesión, causada en gran parte por la crisis del mercado estadounidense de hipotecas (“La gran apuesta”, o The Big Short, película de finales de 2015, da la mejor y más sencilla explicación de por qué sucedió esto), tenía a Estados Unidos sumido en niveles de desempleo no vistos en décadas. La economía se contraía a grandes pasos.

Sin embargo, dentro de sus primeros 100 días, Obama –con ayuda del congreso, que una vez ajustada la economía se dedicaría a hacerle la vida imposible durante los siguientes años– aprobó una ley de estímulos fiscales y redujo los impuestos a gran parte de los estadounidenses; al mismo tiempo impulsó programas para intentar ayudar a quienes estaban en riesgo de perder sus casas por no poder pagar la hipoteca. También consiguió que se aprobara la ley Dodd-Frank, que ha sido el esfuerzo más ambicioso por regular a los grandes bancos, responsables de la crisis económica de la década pasada. Poco se le reconoce hoy a Obama, pero después de que el desempleo llegara a 10% durante su primer año, hoy está a mínimos históricos: 4.7% según las cifras más recientes.

A pesar de lo dicho por Donald Trump durante su campaña, la economía estadounidense logró recuperarse, y mucho, durante los dos períodos de Obama. 

Seguros médicos

Quizás el mayor triunfo de Obama, y el primero que quieren desmantelar los republicanos ahora que regresaron a la presidencia, es el Affordable Care Act (“Ley de Cuidados de la Salud Asequibles”, en español; popularmente se le conoce como Obamacare). ¿Qué es? Se trata de una ley federal cuyo principal objetivo era conseguir que aumentara el registro de estadounidenses en seguros médicos.  

Antes de que se aprobara, el 16% de la población no tenía seguro médico porque las primas eran demasiado altas o por tener enfermedades pre-existentes; para mediados de 2016, seis años después, ese número se había reducido a la mitad. Bajo Obamacare se prohibió que las aseguradoras negaran cobertura a pacientes que ya tenían enfermedades crónicas previas.

También amplió los rangos de cobertura para personas de escasos recursos. Al mismo tiempo, obligó a la población a contratar un seguro médico e impuso multas a quienes no lo hicieran. Esto último puede sonar extraño, pero en un país como Estados Unidos, donde muchas personas llevan la libertad individual al extremo, había personas (y las sigue habiendo) que argumentan tener el derecho a no estar asegurados. 

Matrimonio igualitario

Cuando Obama era senador, su posición era que el matrimonio no debía incluir a parejas del mismo sexo. Al iniciar su primer período presidencial seguía sin apoyar el matrimonio igualitario. No fue hasta 2010 que, tras ser presionado por organizaciones no-gubernamentales, por el propio vicepresidente Joe Biden, y al ver los números de aprobación del matrimonio igualitario, que comenzó a cambiar de opinión.

Pero una vez que lo hizo, resarció su error. Primero extendió beneficios a las parejas del mismo sexo de empleados federales, que hasta 2010 no tenían derechos relacionados con su pareja en temas de económicos, de seguros y de herencias, por nombrar algunos. En 2012, año en que sería reelegido, declaró en público que estaba a favor del matrimonio entre parejas del mismo sexo. Al día de hoy –y debido en gran parte a dos de las ministras de la Suprema Corte que nombró Obama– es que el matrimonio igualitario existe en Estados Unidos.

Lo malo

 Aunque Obama sea considerado por muchos como el presidente más cool de la historia (basta con ver sus playlists de Spotify para saber que el presidente en verdad tiene buen gusto musical), también tiene un lado oscuro del que poco se habla. 

Ciberseguridad

En la presidencia de Obama se continuó el programa de seguridad interna conocido como Patriot Act, o “Ley Patriota”, iniciado por George Bush después del 11 de septiembre de 2001. Esta ley, entre otras cosas, permite las escuchas en teléfonos privados, así como la captura de datos y mensajes electrónicos. El 20 de mayo de 2013, ya en el segundo período de Obama, Edward Snowden, un contratista que trabajaba con la Agencia Nacional de Seguridad (NSA), reveló miles de documentos sobre la compleja red de espionaje estadounidense bajo el gobierno de Obama.

Según Snowden, la NSA no sólo intervenía teléfonos; también encendía las cámaras y los micrófonos para poder escuchar conversaciones, obtenía los metadatos (duración de llamadas, de qué número a qué número, cuándo y por cuánto tiempo se comunicaron) y los utilizaba en investigaciones de las que ningún ciudadano tenía conocimiento. Al mismo tiempo, el gobierno estadounidense revisaba los correos electrónicos de miles de personas. Según Snowden, con sólo tener la dirección de correo electrónico de alguien, se podía obtener casi toda su información.

Edward Snowden. Foto: Getty Images

Osama Bin Laden y los drones

Otro gran problema del gobierno de Obama fue el uso indiscriminado de drones, o aeronaves no tripuladas. En un inicio los gobiernos de Estados Unidos los utilizaban como herramientas de espionaje, pero con Bush y luego Obama, los empezaron a utilizar como armas para ejecutar enemigos. Quizás el caso más importante y por el cual Obama ha sido más duramente criticado –y con total razón–, fue el asesinato de Anwar al-Awlaki, un clérigo musulmán que murió en Yemen después de que el gobierno estadounidense lo matara en un ataque de dron. No sólo había utilizado un avión no-tripulado para matar a alguien sin ningún tipo de autorización u orden judicial, sino que lo había hecho para matar a uno de sus propios ciudadanos.

El caso de Osama Bin Laden es algo similar. Considerado por Estados Unidos como el enemigo número uno después de que se revelara su autoría intelectual de los atentados del 11 de septiembre, Bin Laden se escondió durante mucho tiempo en Afganistán y luego en Pakistán. Cuando el gobierno estadounidense finalmente lo encontró en la ciudad de Abbottabad, envió a un equipo de Seals –un escuadrón de élite– para ejecutarlo. El equipo entró a territorio paquistaní sin autorización y mató a Bin Laden en una clara ejecución extrajudicial. Obama, quien estuvo enterado de la operación minuto por minuto, fue quien dio la orden de que lo asesinaran.

Guantánamo

La principal promesa de campaña que nunca logró cumplir Obama fue el cierre de la prisión de Guantánamo, en la base militar del mismo nombre en Cuba. A Guantánamo fue donde el gobierno de Bush empezó a enviar a gran parte de los sospechosos de terrorismo detenidos por el 11 de septiembre. Sin embargo, nunca les dio ningún tipo de juicio o proceso legal. Muchos de ellos siguen detenidos ahí hoy sin ningún tipo de representación o defensa. Obama prometió repetidas veces durante su campaña que cerraría Guantánamo porque su simple existencia ayudaba a que los grupos terroristas reclutaran a más personas. Al ver las condiciones en las que los tenían detenidos, el trato que les daban, y la falta de derechos, mucha gente que estaba en contra de los Estados Unidos lo estaría todavía más. Durante sus ocho años Obama ha dicho que cerrar Guantánamo seguía siendo una prioridad de su gobierno. Nunca dio la orden.

Protesta en las afueras de la Casa Blanca a favor del cierre de Guantánamo en el 2013. Getty Images

Lo controvertido

Como toda presidencia, en la de Obama hubo áreas grises. La más importante, sin duda, fue la migratoria. Esto se debe a que su gobierno deportó a más indocumentados que cualquier otro gobierno anterior. Pero, por otro lado, también hizo más por intentar frenar las deportaciones. Cosa que no consiguió, en parte, porque los gobiernos estatales se negaron a cumplir las órdenes e incluso demandaron al gobierno federal.

Lo raro 

Por último, hay que recordar que Barack Obama es Premio Nobel de la Paz. En 2009, durante el primer año de su presidencia, la Academia Noruega, responsable de la entrega del premio, se lo otorgó por el hecho de que su presidencia, así como las promesas hechas en campaña por el propio Obama, señalaban un cambio en las relaciones internacionales. Obama, en el discurso con el que aceptó el premio, llevaba tan poco tiempo en la silla presidencial que habló no sobre lo que había hecho, sino sobre lo que planeaba hacer como presidente. 

Al día de hoy, varios analistas estadounidenses siguen criticando la entrega del Premio Nobel de la Paz a Obama, pues, en su opinión, no había hecho los suficientes méritos para recibirlo durante su primer año de gobierno.

Barack Obama recibe el Premio Nobel de la Paz en el 2009. Getty Images

La verdad me dio flojera leer todo lo anterior. ¿Fue Obama un presidente tan cool como todos dicen? 

Como siempre, la respuesta no es definitiva. Obama fue y es cool. Es el presidente que va al show de Jimmy Fallon, que sube listas a Spotify, que hace que los chistes tipo papá sean chistosos. También es el primer presidente afroamericano de Estados Unidos, un logro en sí mismo. Es quien arregló una de las peores crisis económicas de los últimos tiempos y  consiguió que los estadounidenses más pobres pudieran tener cobertura médica de bajo costo. Sin embargo, mientras hizo todo esto, también espió a sus ciudadanos, mandó matar a algunos de ellos sin autorización judicial y expandió el ciberespionaje a niveles nunca antes vistos.

Barack Obama, que se va de la presidencia de Estados Unidos este viernes, dejará un legado (positivo, negativo y gris) que se discutirá durante mucho, mucho tiempo.

Esteban Illades
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