Si usted es de las personas que acostumbra ejercitarse al ritmo de la música pero su playlist no le da la motivación suficiente o tiene que sufrir porque el maestro impone canciones que le parecen detestables, quizás le haga falta darle un pequeño toque de Metal a su selección musical para incrementar los buenos resultados.

Si acaso levantan pesas al ritmo de Pantera, hacen abdominales con Anthrax o tratan (y seguramente fracasan) de igualar su rutina de cardio al compás de “Angel of Death” de Slayer, el solo hecho de escuchar el poder que emana de las bocinas de sus audífonos serán suficientes para incrementar los niveles de adrenalina.

Como ya lo habíamos comentado anteriormente, el Metal se trata de hacer catarsis. Para quienes gustan del género y también del yoga resulta bastante incómodo tener que hacer estiramientos y posiciones con sonidos de cascadas y melodías asiáticas relajantes, siendo que su oído se ha curtido con la aspereza de Goatsnake o Napalm Death.

Así que respondiendo a esta necesidad entre los yoginis greñudos amantes del Metal , Kimee Massie fundó el Black Yoga y Saskia Thode hizo lo propio con Metal Yoga Bones, negocios que han atraído rápidamente a una buena cantidad de clientes en busca de mezclar algo de oscuridad con sus ejercicios de iluminación.

Kimee había dado clases con anterioridad en estudios y gimnasios comunes, y ahí sintió que debía poner algo de música que reflejara su personalidad y que también le resultara cómoda, teniendo una colección de música que abarca desde Babes In Toyland hasta Sepultura.

Buscando algo adecuado y pesado para sus nuevas clases encontró bastante material en el Drone, el Ambient experimental, el Black Metal de corte  más depresivo y atmosférico, y en el post-rock de bandas como Goodspeed You! Black Emperor, Darkspace, Ulver, Pelican o Grails.

En su experiencia este tipo de música más que abrirlos, sacude los chakras, pero su verdadero poder radica en el sentimiento que provoca tanto sónica como emocionalmente. Irónicamente, sus nuevos adeptos han logrado calmar sus demonios interiores con esta música que, bueno, parece salida del mismo infierno.

Por si fuera poco Kimee y su esposo Scott se encuentran trabajando en la creación de música original, en lo que han llamado como el Black YO)))GA Meditation Ensemble (en clara alusión a los amos del Drone, SUNN O))) con la cual pretenden acompañar las posturas del yoga y esparcir los beneficios de esta disciplina entre las comunidades musicales y artísticas. Para este Otoño pretenden lanzar un DVD instructivo y ya tiene planes de expandir su pequeño centro de meditación oscura que ahora tiene lugar en el cuarto trasero de un negocio de impresiones.

Por su parte Saskia Thode comenzó a experimentar durante su propia práctica personal, combinando el yoga con el Metal, hasta la creación de un playlist pesado para su clase de demostración durante su curso para convertirse en maestra.

Sus clases las imparte en distintas sedes de Nueva York, como el legendario club metalero Saint Vitus o el Cobra Club. Saskia se enfoca más a la energía primitiva del Metal extremo, es mucho menos “zen” que el metodo de Kimee. Ya de entrada el slogan de Metal Yoga Bones es “Libera a tu bestia interior”.

Las clases de Saskia rebosan con los sonidos del Grindcore y sus ejercicios incluyen el headbanging y el “lanzamiento de cuernos”. Los alumnos son invitados a rugir, gritar y golpear el suelo con los puños con el objetivo de darles la oportunidad de liberarse del enojo, el estrés y la oscuridad interior. Igualmente son libres de moverse si les agrada lo que están escuchando. En ocasiones incluso se han llegado a armar pequeños moshpits. Para finalizar las clases elevan sus voces a Satán como un aullido oscuro y profundo.

Su descripción de la clase puede sonar como un tormento infernal para muchos, pero Saskia afirma que hay una liberación emocional especial que resuena con más fuerza en aquellos que se sienten completamente desconectados del yoga tradicional basado en la espiritualidad y la iluminación. Escuchar Metal en un concierto o en casa libera cosas que están sepultadas en la profundidad del ser. Recuerdos, melancolía, alegría, rabia, emergen de los recovecos más ocultos de las personas que gozan de la música metalera y es una de las principales razones por la que la escuchan, ayuda a sobreponerse a lo adverso de estas sensaciones y al final proporciona, aunque parezca contradictorio, una sensación de bienestar, pues muy bien lo dice el slogan de Black Yoga: “No se puede apreciar la luz hasta que se comprende la oscuridad”.

Si quieren saber más visiten el sitio de Black Yoga y el de Metal Yoga Bones

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