“Le había consultado por dolor en la espalda..introdujo sus dedos dentro de mí y me hizo mover la pierna con la otra mano. Dijo que iba a oír un chasquido, que significaría que mi cadera se había puesto en su lugar, y que aliviaría mis dolores de espalda”.
Es la voz de Jamie Dantzcher, exgimnasta estadounidense y medallista de bronce en los Juegos Olímpicos (JJOO) de Sydney 2000 en el programa de 60 minutos. El día de aquella consulta Jamie Dantzcher tenía 13 años. Las declaraciones de la atleta hacen referencia al doctor Lawrence “Larry” Nassar, exmédico del equipo estadounidense de gimnasia y de la universidad de Michigan State por más de 20 años. Hoy Nassar está en prisión y enfrenta 27 cargos entre abuso sexual y pornografía infantil, pero lo que hizo el médico para llegar a la cárcel es una de las historias más oscuras que jamás se hayan contado en el deporte.
Lawrence Nassar nació en Farmington Hills, Michigan hace 53 años y hace 31 se dio su primer contacto con la gimnasia olímpica estadounidense. “Larry” fue parte del cuerpo médico del equipo nacional de gimnasia desde 1986 hasta 2015 (año en el que fue despedido). El hombre también fue el principal médico del equipo de gimnasia de la Universidad de Michigan State (MSU) desde 1996 hasta el año pasado. En dicha universidad Nassar les aplicaba a sus pacientes el peculiar tratamiento de “Manipulación Intravaginal”.
Nassar era uno de los médicos más reconocidos en el campo de la gimnasia estadounidense, por lo que la noticia sorprendió al mundo. El doctor se aprovechaba de su posición para abusar sexualmente de las pacientes. La gimnasia es un deporte que lamentablemente se ha caracterizado por tener un ambiente tóxico entre las atletas y los entrenadores. Para muestra un botón: el caso de Nadia Comaneci y su intento de suicidio. A los 15 años la rumana se bebió una botella de cloro para “no tener que ir al gimnasio”. Con un ambiente tan difícil no es de sorprender que alguien que le “hable bonito” a las gimnastas goce de su entera confianza, como lo dijo Dantzcher.
Siempre sentía que estaba en problemas, que no trabajaba lo suficiente. Me dijeron (los entrenadores) que debía bajar de peso. En cierto momento incluso me obligaba a mí misma a vomitar. Él (Nassar) era como un amigo…Sentía que no estaba permitido que sonriera en el gimnasio, así que escucharle hacer bromas y que comentara lo horribles que eran (los entrenadores) era como una luz en la oscuridad.
Este sábado el diario Indy Star dijo que un juez federal estadounidense piensa revelar un archivo de más de 5 mil páginas sobre casos que involucran al doctor Nassar. De acuerdo a Sports Ilustrated al menos 54 entrenadores del sistema de gimnasia estadounidense tenían demandas por crímenes sexuales. Sin embargo, algunos no fueron suspendidos del deporte hasta que fueron encontrados culpables de sentenciados por los cargos en su contra.
De acuerdo a una demanda emitida en contra de Nassar y la Universidad de Michigan State, dos gimnastas -ambas menores de edad- asistieron al consultorio del doctor en 1997 y recibieron el controvertido tratamiento de Nassar. Las atletas acudieron con su entrenadora, Kathie Klages para comentarle lo que había pasado, pero Klages les dijo que “estaban mal entendiendo lo que Nassar hacía para tratarlas (médicamente)”, sí, es decir que la ‘manipulación intravaginal’ era únicamente con fines médicos.
En la misma demanda se alega que Klages llamó a Nassar previo a la siguiente cita de las chicas con el médico. Durante la siguiente consulta el doctor le comentó a las atletas que “no estaban entendiendo cómo era el tratamiento médico apropiado” y de nuevo volvió a introducir sus manos en las cavidades de las gimnastas con el supuesto fin de arreglar los problemas de pelvis que padecían las chicas. Tras ello una de las atletas afectadas volvió a intentar hablar con Klages, pero esta le habría dicho que “no había razón para hablar del comportamiento de Nassar“.
La defensa del médico no ha desmentido que el doctor aplicó dicho “tratamiento”, más bien se ha defendido diciendo que es un ‘procedimiento osteopático’. Hace unas semanas una vocera de la Asociación Osteopática Americana dijo que “está bastante claro que esto (lo de Nassar) no fue un procedimiento osteopático”. Este tipo de procedimientos sí existen pero usualmente son realizados con dispositivos médicos. Además al doctor se le ha imputado el haber introducido sus dedos sin guantes en el ano y la vagina de las gimnastas y haberles tocado los pechos.
Además del caso ya citado de 1997 y así como el Jamie Dantzcher y el resto de las atletas que aparecieron en el programa de 60 minutos, Nassar protagonizó al menos otros dos casos similares en MSU. En el año 2000 una jugadora de softball tuvo problemas de pelvis por lo que acudió con Nassar. Al enterarse cómo era el tratamiento, la chica lo consultó con un entrenador que le dijo que “sonaba raro” pero luego otro entrenador con un cargo más alto le dijo a la atleta que “era un tratamiento legítimo, que no era abuso sexual pero que no debía hablar sobre lo que pasara con Nassar”. Las atletas no podían hablar por miedo y porque Nassar era un médico de mucho renombre, como lo dijo la exgimnasta Jessica Howard.
Me empezó a masajear y me pidió que me quitara la ropa interior, mientras me daba masajes, estaba cerca de mis partes privadas… Yo era muy consciente de que había algo extraño pero no podía decir nada porque era un médico muy famoso.
En el 2014 el médico fue suspendido de sus labores mientras se llevaba a cabo una investigación sobre sus ‘extraños procedimientos’. Al final de la investigación se concluyó que “el procedimiento intravaginal del doctor Nassar aunque era raro era legítimo”. Los cuatro investigadores que dijeron esto, eran compañeros de Nassar en la MSU Sports Clinic. William Strampel, decano del Colegio de Medicina de MSU le envió una carta al médico en la que le notificaba que tendrían a otra persona presente cada que él diera consulta y le decía que le “daba gusto que estuviera de regreso”.
Actualmente “Larry” Nassar está en la cárcel y es muy probable que pase el resto de su vida ahí cuando todos los casos en su contra se resuelvan. El problema es que todo apunta que las chicas no hablaban por miedo pero los entrenadores y las entrenadoras lo sabían. La familia Karolyi (que ha controlado la gimnasia estadounidense por muchos años) también lo sabía y la Universidad de Michigan State también. El abogado de las gimnastas que dieron su testimonio para 60 minutos declaró lo siguiente:
Nassar es un depredador en serie pero la historia es que nadie estaba allí para proteger a esas niñas y la Federación Estadounidense y los Karolyi pusieron el dinero y las medallas por delante.
La Federación Estadounidense de Gimnasia no quiso emitir comentarios al respecto. Los Karolyi le dijeron a CBS que no existe un ambiente tóxico en la gimnasia y que ellos no sabían nada de Lawrence Nassar y el diario Indy Star publicó en diciembre que por lo menos 368 gimnastas habían sido víctimas de abuso sexual en los Estados Unidos. El problema es si realmente nadie sabía nada, sobre todo en un ambiente tan controlado como el de la gimnasia. Así lo dijo Dominique Moceanu, que era la miembro más joven del equipo en los JJOO de Atlanta 1996.
Ellos sabían qué comíamos, cuándo dormíamos, a qué hora entrenábamos, a qué hora tomábamos terapia y quién se comía un rollo extra a la hora del lunch. Así que parece muy raro que nadie haya sabido del comportamiento de Nassar durante un periodo de 30 años.
Parece más que evidente que Lawrence Nassar pasará el resto de sus días en prisión, pero el daño moral y emocional que le causó a las atletas es irreversible. Más allá de si su tratamiento era funcional o no este caso de abuso sexual es un escándalo igual o mayor que el de Joe Paterno con Penn State. El médico quizá pase encerrado lo que le queda de vida, pero las demandas sobre Nassar sólo parecen haber destapado toda la cloaca de crímenes sexuales en la gimnasia estadounidense; uno de los relatos más oscuros en la historia del deporte.
** Fotos: Getty Images/ Especial
