Por Mariana Becerra
El pasado 25 de abril comenzó la negociación anual del Pliego Nacional de Demandas entre la SEP y el Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación (SNTE). Este documento contiene las demandas de las secciones sindicales de todo el país en torno al Sistema Educativo Nacional, desde preescolar hasta educación superior. Dicho por su líder sindical, Juan Días de la Torre, el SNTE está decidido a avanzar en el nuevo modelo educativo, al mismo tiempo que en los derechos laborales, profesionales y salariales de sus agremiados. El éxito de esta negociación es vital, ya que los docentes son quienes están echando a andar el modelo educativo. Esperemos que las demandas sean a favor de mejorar la calidad de la educación en México y que la evaluación de los docentes continúe siendo una práctica que no represente una amenaza para los ellos, sino todo lo contrario, un incentivo para mejorar su desempeño y, por lo tanto, sus salarios.
Si hacemos una breve descripción de los docentes en México, sabemos que el Sistema Educativo Nacional público cuenta con 1.6 millones de maestros distribuidos en 250 mil escuelas en todo el país. La mayoría de los docentes están afiliados al SNTE, el cual cuenta con un millón de miembros activos en sus 59 secciones a nivel nacional. La mayoría de los maestros de primaria, por ejemplo, se concentran en el Estado de México, Veracruz, Jalisco, Ciudad de México y Chiapas. Como sabemos, los estados que más se han opuesto a la evaluación docente son Michoacán, Guerrero, Oaxaca y Chiapas, lo que representa otro de los retos de esta negociación entre el SNTE y la SEP. Los retos a los que se enfrentan los maestros son muy distintos dependiendo de la región en que se encuentran, en varios estados del sur del país existen escuelas multigrado, la mayoría de las veces son escuelas indígenas, donde un profesor enseña en la misma aula a alumnos de diferentes edades. Estos maestros, por razones obvias, necesitan mayor capacitación para su trabajo en el aula.
La Ley General del Servicio Profesional Docente desde el 2013 obliga a todos los profesores de educación básica y de educación media superior a presentar evaluaciones para poder ingresar y permanecer en el Sistema Educativo Nacional. Los datos anteriores representan un reto enorme a la hora de querer evaluar a los docentes. Durante e2016 se pudo evaluar tan sólo a 150 mil maestros. Los resultados para el ciclo 2015-2016 fueron los siguientes: en educación básica, 33.2% de los docentes obtuvieron un desempeño suficiente, 35.7% un desempeño bueno, 7% destacado, 11.7% no presentó y 12.4% su desempeño fue insuficiente; a nivel medio superior, 30% de los docentes obtuvo un desempeño suficiente, 39.4% bueno, 5.3% destacado, 2.9% excelente, 4.7% no presentó y 17.7% obtuvo un desempeño insuficiente. Los estados de la república que mejores resultados obtuvieron respecto al porcentaje de docentes con desempeño bueno-destacado fueron Aguascalientes, Quintana Roo y Yucatán. Michoacán, Guerrero, Oaxaca y Chiapas fueron los estados con mayor porcentaje de maestros que no se presentaron a las evaluaciones. En marzo de 2016 la SEP anunció que más de 3000 docentes fueron dados de baja al no haberse presentado a ninguna de las evaluaciones. A finales del año pasado, más de 15 mil maestros que obtuvieron resultados insuficientes en el 2015 acudieron de nuevo de manera obligatoria a realizar la prueba.
La evaluación y capacitación docente es una práctica que se realiza desde hace décadas en los países que obtienen los mejores resultados en las pruebas estandarizadas como PISA. En 2013, con la promulgación de la reforma educativa, México plasmó su intención de mejorar la calidad educativa por muchos frentes, el de los docentes siendo el principal. La evidencia que tenemos desde 2015 es que la reforma al servicio profesional docente va en serio y que miles de profesores están siendo evaluados cada año. Son muchos escalones que nos faltan para alcanzar la calidad educativa que necesita nuestro país, la evaluación docente y la existencia de diálogo y negociación entre los principales actores es, sin duda, una señal de que vamos hacia adelante.
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Mariana Becerra es Maestra en Políticas Públicas por el ITAM e investigadora del Centro de Estudios Espinosa Yglesias.